Page 46 - Con Olor a Hierro - Charo Martinez
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Tenía un gran oído musical y buena voz e igual escenificaba las canciones de Miguel de Molina y de El Príncipe Gitano, como bailaba cualquier baile regional.
 Actuaba con jovencitas como Finita Rufete, Lolita Ribero, Angelita Corbí y otras más. Algunas de ellas despuntaron después como “vedettes”. Teatro Peques, aunque estaba auspiciado por Educación y Descanso, no duró mucho, ya que al poco tiempo de entrar como alcalde D. Luís Chorro, suspendió las funciones del Teatro Llorente por “falta de recato" de los artistas. El Nacionalcatolicismo estaba haciendo verdaderos estragos en la sociedad, inundando la vida de la gente con niveles absurdos de ñoñería y pacatería, así que aquel humilde entretenimiento vecinal y de barrio, de cómicos, canzonetistas, sainetes y variedades, quedó clausurado por un empacho de puritanismo mal entendido.
 De todos modos, a los dieciséis años, mi hermano se fue de Elche y dejó de hablarse con su padre. Ni una triste carta se escribieron en varios años.
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