Page 196 - Elche en guerra 1936-1939
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Elche, una ciudad en guerra (1936-1939)
republicana lo que debía haber es el deseo de que la guerra llegara a su fin y la percepción de que la victoria republicana era poco menos que imposible.
De nuevo sobre el orden público, y una vez más sin firma, se volvía a comentar la cuestión con similares argumentos y con una idea nueva muy poco extendida: la de que el pensamiento no delinque siempre que no se actúe contra el gobierno legítimo o incluso, más allá todavía, que podían quedar personas de derechas que no simpatizaran con la causa rebelde, lo cual no cabe calificar como una muestra de optimismo, sino más bien como puro delirio:
“(...) Es hora ya de desterrar los métodos empleados con tan poca fortuna y tan sin provecho para nuestra causa. Hay que ayudar al Gobierno en su empeño de nor- malización y organización de la retaguardia: y esto no puede conseguirse ni alcanzar la eficacia y el dinamismo que exigen las graves horas que vivimos, mientras todos los ciudadanos, sea cualquiera su antecedente político, no se sientan plenamente pro- tegidos por la Autoridad y la Ley en tanto que sus actividades discurran diáfanamente dentro de las normas señaladas por el Gobierno de la República.
¿Es que esto significa amparar a nuestros enemigos? Todo lo contrario. Repre- senta secundar la sabia política que se traza desde las alturas responsables, crear ami- gos y colaboradores en esa gran masa neutra que sin pertenecer a los Partidos decide en los momentos culminantes su triunfo o su fracaso, y, sobre todo, ser consecuentes con nuestros ideales de rectitud y de justicia, demostrándolo no con palabras, sino con hechos incontrovertibles (...)”.24
O bien los llamados “pseudo marxistas”:
“El celo republicano del pueblo ha hecho que se preste gran atención a la llamada quinta columna, pero ha descuidado mucho lo que se refiere a la austeridad y honradez política de los que antes del 18 de Julio de 1936 eran ya paladines o pseudo figuras del Marxismo y de los partidos republicanos. La incorrecta conducta de cualquiera de éstos causa más daño a la República que cualquier derrota militar. Un acto caciquil en estos mo- mentos es cien veces más inmoral que en tiempo de los Borbones, y quien lo comete más enemigo de la República que nuestros declarados enemigos del otro lado del frente”.25
Nada menos que caciques marxistas o pseudomarxistas, pero sin más pistas. En otras ocasiones, el semanario no dudó en reproducir artículos de otros periódicos que reforzaran similares planteamientos, como el del 28 de noviembre de 1937 en
24 Adelante, 13 de marzo de 1938, n. 67. “Normalización y eficacia”, sin firma.
25 Adelante, 17 de julio de 1938, n. 85. “Contribuyamos todos a la Victoria”, sin firma.
 























































































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