Page 205 - Elche en guerra 1936-1939
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Los discursos políticos
mantuvieron con el empleado de la Compañía Riegos de Levante Alfredo Guixot Martínez. Puesto que la citada compañía era de capital extranjero, se le obligó a vender el agua al precio inicial y a no reducir el caudal.
El 21 de agosto, en la moción que el Frente Popular presentó al Ayuntamiento para que apartara a 20 funcionarios municipales desafectos al Régimen, firmó por IR su presidente, Vicente Guilabert, junto a Manuel Rodríguez Martínez (PSOE), Pascual Torres Aznar (PCE) y Pedro Rodríguez (PSOE).
El 1 de noviembre, Leopoldo Maestre Micó publicó en El Obrero un artículo titulado “Lo que es el fascismo español”, la única crónica publicada de un militante de Izquierda Republicana. El artículo merece la pena ser rescatado porque introduce un toque antisemita que podría explicarse por la intensidad de una propaganda que sacudía a toda Europa y por la, según su autor, confluencia en el fascismo de judíos, moros, militares perjuros, clérigos sin piedad, señoritos y, para que no faltara nada, homosexuales:
“La amalgama o mezcla que ofrecen al mundo los que se dicen iniciadores del ‘movimiento salvador de España’ no puede ser más monstruosa.
Iniciador y financiador de él es March Ordinas, el poderoso contrabandista ma- llorquín, chueta, (en Mallorca, donde los judíos renegados son legión, los llaman chue- tas, porque son judíos que comen chua, tocino en mallorquín). March Ordinas, a quien ‘Foch y Fum’, periódico satírico de Palma, llamaba En Vergae, el señor Vergajo.
A este judío renegado, contrabandista y verdugo se unieron para eso que ellos llaman salvar a España los obispos, canónigos, curas, frailes, beatas y demás gente que había hecho de la religión un comercio y de la doctrina de Cristo una ley de per- nada de los altares máquinas tragaperras.
No podían faltar al lado del prevaricador y contrabandista y los falseadores de la Ley divina y comerciantes de Dios, los grandes capitalistas, los grandes terrate- nientes, los nobles innobles, los señoritos gandules y la colección de horizontales y barraganas más o menos disimuladas que con ellos vivían.
Todos ellos, en nombre de la Religión, la Patria, la Familia y el orden, se alzaron contra el Pueblo.
Pero ni así pudieron venderlo.
Y para salvaguardar la religión de Cristo trajeron a los moros de África, y las tribus del Rif, a las que antes en nombre de Cristo nos hicieron ir a combatir. Trajeron a los ‘chorias’ y a los ‘hamachas’ fanáticos y crueles.
Y para salvaguardar la Patria trajeron a los mercenarios del Tercio, detritus de todo lo podrido y malvado de cada país, la escoria de la sociedad de los muelles de Marsella y Barcelona y la Habana, carne de horca huida de los rigores de la Ley, mon- tón informe de chulos, perdidos y homosexuales.
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