Page 210 - Elche en guerra 1936-1939
P. 210

 210
Elche, una ciudad en guerra (1936-1939)
intervinieron todas las fuerzas políticas y sindicales presentes en la ciudad salvo el PCE, desde el PSOE y la UGT hasta la CNT y la FAI, pasando por los dos partidos republicanos. A un año para finalizar la guerra, el rechazo a contar con el Partido Comunista era, pues, unánime.
La actuación de Vicente Guilabert Bernad como consejero municipal fue bastante menos eficaz que la de su antecesor. Todos los asuntos que propuso quedaron sin respuesta y, desde luego, sin ser tenidos en cuenta (y no era para menos):
-Pide la recogida de los perros vagabundos (20-IV-1938).
-Solicita que desde el campo de concentración de Albatera se traiga a Elche una brigada de trabajadores para los refugios (8-VI-1938).
-Propone que el Consejo Municipal conceda 3.000 pesetas para gastos del Frente Popular local (12-X-1938).
-Pide que la calle Obispo Tormo se denomine calle de Granollers al haber en esta ciudad una calle dedicada a Elche (26-X-1938).
-Rectifica y solicita que la calle Obispo Tormo se mantenga con ese nombre “habiendo tenido conocimiento de los beneficios que aportó a la población el obispo Tormo”, por lo que propone que se designe otra calle para la ciudad de Granollers.
-Solicita que todos los géneros que se venden en el Sindicato de la Agricultura se lleven a la Plaza de Abastos (7-XII-1938).
-Ruega al consejero de Abastos que evite el que se pueda adquirir pescado sin tener que hacer la cola correspondiente (4-I-1939).
No mucho, pues, para haber estado el último año de guerra en el Consejo Municipal sin contar con las pérdidas de tiempo como en la historia del obispo Tormo.
El 25 de enero de 1939, Jaime Espinosa Vicente sustituía como consejero municipal a Vicente Guilabert. Lo único reseñable es que Espinosa Vicente estuvo presente en la que sería última sesión del Consejo el 22 de marzo de 1939.
Ésta fue la contribución que podemos documentar sobre la actuación de Izquierda Republicana durante la guerra. La fuerza política con más limitada representación en el Consistorio y también la menos significativa en lo que a incidencia política en la ciudad se refiere. Por lo demás, nada encomiable fue la denuncia pública de Leopoldo Maestre Micó al arquitecto Antonio Serrano Peral al haber militado en la JAP. Si esa denuncia se hubiera producido un año antes, en el verano de 1936, podría haberle costado la vida al arquitecto.





















































































   208   209   210   211   212