Page 244 - Elche en guerra 1936-1939
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Elche, una ciudad en guerra (1936-1939)
Por ese placer de bestia que el hombre quiere recibir sin contraer compromiso, sin exponerse a ser padre, usa de ese órgano escitador (sic) de la mujer denominado CLÍTORIS en donde al rozar el miembro del macho (no obrando como hombre, sabe- mos darle el que merece) sienten la exitación (sic) deseada (...)”.68
Hay más “ciencia” en el artículo pero es suficiente con la muestra. Como puede apreciarse, sólo le falta recomendar al autor la ablación del clítoris. El artículo muestra además como un semanario anarquista podía dar cabida a semejantes iluminados, en este caso, no muy alejado de planteamientos ultraconservadores.
El semanario ofrece también una colección de artículos incendiarios respecto a la religión. Las diatribas se dirigen a la “España del confesionario”, al Papa Pío XI, a los “curas trabucaires que han convertido Iberia en un inmenso cementerio”, la “casta clerical”, curas “cucarachas” y un largo etcétera. En alguna ocasión se recomienda también la destrucción de todo lo que tuviera que ver con la religión:
“El arte religioso, como toda clase de arte, y al decir arte queremos decir belleza, es digno de respeto (...).
Y pregunto, ¿qué valor tiene el arte mientras nos encontramos en guerra los hu- manos? El valor del arte en estos momentos es relativo (...).
No nos paremos en pequeñeces de lo que tenemos que destruir y que es per- judicial para la nueva sociedad que se está gestando en los campos de batalla. No tengamos en cuenta que destruir una imagen es atacar los sentimientos de un pueblo (...) ¿No es todo el pueblo el que lo pide, no es él el que lo destruye? Entonces de donde has sacado tú, revolucionario disfrazado, de que eso no está de acuerdo con la revolución? La destrucción de todo lo que huela a religión es imprescindible, sin tener en cuenta si es o no es obra de arte, si tiene más o menos valor, sabemos que nuestros enemigos la han empleado como una (sic) arma contra nosotros y eso nos basta para que la juzguemos como los momentos actuales requieren.
No te opongas a su destrucción si no quieres que con ella te destruya a ti también. Es la voluntad del pueblo y debes respetarla (...)”.69
En el nombre del pueblo, pues, y defendiendo al final del artículo justo lo contrario que en su inicio. Veamos una muestra más y especialmente salvaje –la colección podría ser interminable– en la que Un rebelde audaz asocia fascismo con religión:
68 Ibídem.
69 Germinal, 16 de enero de 1937, n.. 11. “Sobre el valor del arte religioso”, por un tal López que
firma, encima, desde Orihuela.