Page 274 - Elche en guerra 1936-1939
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Elche, una ciudad en guerra (1936-1939)
6. Frente a los errores del gobierno de Largo Caballero –que no se cita– la coincidencia absoluta del gobierno de Juan Negrín con los postulados del PCE, “lo que viene a confirmar la justeza de las consignas lanzadas por nuestro Partido”.
7. El PCE considera a UGT como su sindicato, a pesar de la división de su Ejecutiva (26 votos contra 14) a la hora de apoyar el proyecto de Negrín. Se recuerda con no poco cinismo que el PCE hizo el sacrificio de renunciar a su propia sindical (CGTU) para facilitar la unidad sindical. Tampoco se hace ninguna referencia a la CNT por lo que no parece contemplarse –con lo que se había vivido a partir de mayo de 1937– la necesidad de una unidad con la central anarquista. Se añade también el ejemplo de la unidad de los jóvenes con la JSU y el propósito de trabajar por la unidad con el Partido Socialista a través de los Comités de Enlace.
8. En el plano local, se reivindica una reestructuración del Frente Popular y aunque sin más precisiones, se supone que el PCE piensa en una entente con el Partido Socialista y la postergación de anarquistas y republicanos. Se plantean además nuevos retos como la creación de una Escuela Marxista “que eleve el nivel político de nuestros afiliados” y una Escuela de Preparación Militar. En agitación y propaganda se defiende crear el “Altavoz del frente” como fórmula para intensificar la difusión de prensa y folletos.
9. Incorporar a la mujer que, siempre según el informe de Torres Aznar, no ha sido debidamente orientada para que pudiera romper con “los prejuicios seculares de una educación burguesa”.
10. Por último, el informe menciona también la campaña de difamación permanente que sufre el PCE por sus campañas de proselitismo. El secretario general ilicitano se justifica diciendo que “no podemos evitar que las grandes masas proletarias vean en nuestro Partido el más firme defensor de sus intereses”. Dicho así y admitiendo a los “elementos sanos”, resulta también lógico que el resto de fuerzas políticas y sindicales lo vieran con prevención y desconfianza.
Sin embargo, las constantes apelaciones a la unidad con los socialistas y
la necesidad de la puesta en marcha del Partido Único del Proletariado se veía acompañado de noticias como la siguiente:
“El sábado pasado, después de aparecer el semanario ‘El Obrero’ fue retirado de la circulación. Suponemos que se dieron cuenta, después de salir, del contenido anticomu- nista del mismo. Pero sean las causas que sean las que hayan podido determinar la re-