Page 53 - Riegos El Progreso
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finales de diciembre se reunieron los Consejos de Administración de La Electromotora y El Progreso para estudiar las nuevas bases del suministro de fluido. No se entiende muy bien, pero se optó por el más vale malo conocido que bueno por conocer. En cualquier caso, el Tercer Proyecto a pesar de la Guerra Europea, de la falta de apoyo de los propietarios de las partidas rurales beneficiadas y de La Electromotora, salió adelante.
La segunda novedad importante de 1914 es que la Sociedad iba a tener por fin una sede propia. En mayo el Consejo de Administración anunció la compra de una casa en la calle Empedrada –la actual sede social–, incluida como gasto del Tercer Proyecto, por un valor de .900 pesetas. Se trataba de la antigua fábrica de Heliodoro Vidal, propiedad entonces de la empresa Brotons y Compañía. Junto a este primer edificio se comprarían dos más, contiguos al primero, otro por la misma cantidad de .900 pesetas y un tercero por .00 pesetas.
También se trabajó durante este año para conseguir del Estado los permisos necesarios para el uso del agua de los azarbes y se habló de pedir al Estado “la mayor cantidad de agua posible”. Zanjado quedaba también el problema del pleito suscitado por el Sindicato de Riegos de Dolores para lo que hubo que pagar los derechos reales de la escritura de concesión de riegos por parte del citado Sindicato. Tampoco hubo problemas con los permisos solicitados a la Acequia Mayor –presidida entonces por Andrés Tarí–, la Acequia de Marchena o la Comunidad de Labradores.
El Consejo de Administración siguió siendo el mismo con la entrada de dos nuevos Consejeros –Jaime Antón Martínez y Manuel Antón Sánchez–, aunque dimitía por dos veces otro de los fundadores de la Sociedad: el depositario Antonio Sempere Maciá. Igualmente, la plantilla de la Sociedad volvía a aumentar y alcanzaba los trabajadores. Se contrató a un auxiliar de secretaría –el hermano del Secretario General Daniel Fenoll Follana, Fernando, por 0 pesetas mensuales “mientras hiciera falta”–, un inspector vigilante de empleados y servicios, un maquinista, un ayudante y tres fieles repartidores, además de un repartidor de agua más para La Marina. Y todo el año, como venía siendo habitual, se discutieron las facturas mensuales de La Electromotora, en torno a unas .000 pesetas mensuales por término medio.
El 27 de mayo de 1915 la Sociedad obtenía por fin el permiso de la Administración en los siguientes términos:
“Examinado el expediente incoado por la Sociedad Nuevos Riegos ‘El Progreso’, en solicitud de legalización de obras construidas para aprovechar aguas de unos azarbes que vierten al río Segura y concesión de esas aguas para riegos. Resultando que el expediente se ha tramitado con arreglo a la instrucción vigente siendo favorables a la concesión los informes oficiales. S.M. el Rey (q.D.g.) conformándose con lo propuesto por la Dirección General de Obras Públicas, de acuerdo al Consejo de las mismas, ha tenido a bien otorgar la concesión solicitada, con sujeción a las condiciones siguientes: