Page 59 - Riegos El Progreso
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idea de la utilidad social que la infraestructura de riegos desarrollada por El Progreso había conseguido. Se continuaron también las obras del zanjón y se iniciaron los trabajos para utilizar el azarbe de La Culebrina, obras también realizadas por Carlos Antón Boix, ahora Consejero de la Sociedad y contratista prácticamente exclusivo.
Las dificultades que se plantearon el año 1915 parecían resueltas y el Consejo así lo expresaba de manera gráfica en la junta ordinaria del 13 de febrero de 1916: “...si el tiempo sigue favoreciéndonos con la falta de lluvias, se suspenderá el pago de las mensualidades desde marzo próximo”. Curiosa manera, pues, de definir una buena coyuntura para una Sociedad de Riegos que podía asegurarse una buena venta de agua siempre que los regantes no la pudieran obtener de forma natural. Pero también este año se planteó por primera vez el problema del agotamiento del agua de los azarbes y El Progreso comenzó a plantearse alternativas como la de aprovechar aguas embalsadas del Segura o cómo resolver el problema de ofrecer riego durante el verano, es decir, durante la época de estiaje. Se estudió en este sentido un proyecto del político republicano alicantino Antonio Rico Cabot que, como veremos, ocuparía años más tarde la presidencia del Consejo de Administración de El Progreso. También la Sociedad se adhirió a la petición de Rico Cabot al Estado de construir los pantanos del Taibilla y del llamado Estrecho del Infierno. También se estudió por el ingeniero Tengelmann el proyecto de sustitución de la maquinaria de La Marina, complicado además por la carestía que había sufrido el carbón, pero de nuevo se insistía en las dificultades que la Guerra Mundial ofrecía para la compra de nueva maquinaria.
Se mantuvieron un año más los desencuentros con La Electromotora Equitativa con unas nuevas bases redactadas por esta empresa que fueron rechazadas “por inaceptables” por parte de El Progreso. Frente a la petición de la Sociedad de pagar céntimos por kilovatio hora y conseguir una rebaja a partir de un gasto de 00.000 kilovatios, La Electromotora contestó que no podía aceptar tales condiciones por lo que El Progreso recurrió al gerente de Hidroeléctrica Española, Juan Urrutia, en demanda de un contrato directo. La historia de siempre, un año más.
Precisamente las malas condiciones del fluido eléctrico creó serios problemas a El Progreso, hasta el punto de que se produjo en noviembre un plante de algunos regantes que se negaron a participar en la subasta de agua. Era la primera vez que se producía un hecho así y El Progreso adoptó la decisión de reducir de ocho a seis tallas diarias de agua para paliar el problema de la escasez de fluido eléctrico.
El de enero el Presidente del Consejo de Administración Diego Pascual Oliver presentó de nuevo su dimisión, seguida por la de cuatro consejeros. Una vez más, todos ocuparon sus puestos y el Consejo se renovó como todos los años0 y la plantilla
0 Francisco Llebrés Javaloyes fue nombrado Vicepresidente y vocales Jaime Antón, Valentín Sánchez, Antonio de
P. Ramírez, Carlos Antón Boix y Joaquín Pérez Sánchez. 9