Page 60 - Riegos El Progreso
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sufrió algunos cambios como la sustitución del Secretario General Daniel Fenoll Follana –al ser nombrado Secretario del Ayuntamiento de Elche– por su hermano Fernando, primero interinamente y en propiedad a partir de diciembre de 96. Se contrató a Santiago Matamoros como vigilante de la maquinaria y a Roberto Vicedo –que se reincorporaba a la empresa– como maquinista de La Marina por un salario de tres pesetas diarias. Se nombró a un nuevo conserje y a un empleado para la limpieza de los azarbes, con lo que la plantilla alcanzó los 9 empleados. Sabemos también el sistema de gratificaciones por jubilación o muerte que se empleó en este año: un mes de haberes o una ayuda de 0 pesetas para los gastos del entierro de un empleado. El abogado de la Sociedad reclamó que se le volvieran a pagar .000 pesetas anuales y no .000 y la Sociedad aceptó, como muestra de que los resultados volvían a mejorar.
Se aprobaron también en 96 dos Reglamentos, uno para la venta de aguas –que no hemos localizado– y otro titulado Reglamento para los servicios de Maquinaria y Reparto de Agua de la Sociedad Nuevos Riegos El Progreso. En éste se regulaban los trabajos del Jefe de Maquinaria, maquinistas, Jefe de Repartidores y repartidores de agua. Se establecían cuatro turnos para el funcionamiento de las máquinas de las elevaciones: de seis a doce de la mañana, de doce a seis de la tarde, de seis de la tarde a doce de la noche y de doce de la noche a seis de la mañana, con la obligación de pernoctar en cada elevación tanto el jefe de máquinas de cada elevación como los ayudantes –uno por cada elevación-. Igualmente, se contemplaban las interrupciones a causa de falta de fluido eléctricos menores o mayores de media hora de duración. Por último, en las disposiciones generales se establecía el socorro por parte de la empresa en casos de enfermedad y los correctivos en caso de negligencias de los empleados que iban desde una multa a la cesantía.
Por fin, los ingresos de la Sociedad en este año superaron las 600.000 pesetas, una cifra que prácticamente multiplicaba por dos la del año 9, por lo que la inversión llevada a cabo en el Tercer Proyecto comenzaba a reportar unos magníficos resultados. Once años después de su fundación, El Progreso había creado una infraestructura suficiente para dar riego a buena parte del Campo de Elche. Curiosamente, la consolidación iba a coincidir con la aparición de un potentísimo competidor: Riegos de Levante, una compañía nacida al calor del éxito de El Progreso.