Page 18 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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de agua diaria para los 20 000 ilicitanos que en estas fechas moraban en Elche.
La canalización tenía una extensión de 18 000 varas valencianas (16,3 km) y se construyó ensamblando arcaduces de barro cocido vidriado al interior. Lo accidentado del terreno, especialmente en el término de Aspe, obligó a proyectar un amplio repertorio de soluciones constructivas, como el levantamiento de numerosos acueductos sobre arcadas destacando por su monumentalidad los dos que se construyeron en el entorno del barranco de los Ojos (Figs. 2 y 3) o la construcción de garitas de registro para verificar el paso de las aguas y favorecer la decantación de impurezas (Fig. 4). Finalmente se construyó una casamata y azud en el nacimiento de la fuente de Barrenas, 15 acueductos con variadas arcuaciones, 23 alcantarillas (puentes menores), 14 garitas, 6 pilas descubiertas, 194 respiradores de piedra, 4 minas y una fuente provisional. Coniedo asumió personalmente las obras de excavación y nivelación del terreno, llevando a cabo el asentamiento de la cañería sobre gruesas lechadas de mortero de cal y grava. La mayoría de los acueductos fueron levantados con ladrillo cocido por maestros alarifes que remataron las obras en subasta pública al mejor postor; los capítulos reseñaban la obligación de erigir los acueductos bajo los planos y directrices ajustados por el maestro director.
La Junta de Aguas a cargo de la cañería consideró que el objetivo del trasvase no se vería cumplido hasta extender la red de agua potable a otros barrios de Elche. El proyecto y tasación fue encomendado
Fig. 2. Acueducto de los Cinco Ojos en el Paraje Natural Municipal de los Algezares (Aspe).
Fig. 3. El acueducto de los 4 Ojos fotografiado en 1902 por Pedro Ibarra. Imagen extraída del libro Las fotografías del historiador Pedro Ibarra Ruiz. Un patrimonio recuperado, de Jerónimo Guilabert Requena (2014).
a Gonzálvez de Coniedo, que delineó un trazado urbano de 2 875 varas de cañería que proveería a cinco fuentes y tres abrevaderos, cuyo coste ascendía a 175 395 reales de vellón. El memorial fue presentado a la Junta de Aguas el 20 de julio de 1790 y remitido al Consejo de Castilla para su aprobación. El Supremo Consejo concedió su beneplácito a la propuesta diseñada por Coniedo, pero el proyecto permaneció suspendido ante la necesidad de reparar la cañería.
Como ya se ha apuntado, las características geomorfológicas de los parajes por los que transita la conducción de aguas, con proliferación de montes, ramblas y barrancos, y una cimentación de obra sobre suelos inestables y elásticos a base de arcillas, yesos y margas, cabalgados en ocasiones por niveles de conglomerados, y por tanto muy susceptibles a arrastres, erosiones y desprendimientos, provocaron prontamente desperfectos. A fines de 1790 la conducción rezumaba agua en algunos puntos y se había producido un hundimiento del terreno en la ladera de la Sierra del Murón que circundaba el pantano de Elche, afectando a la cañería (Fig. 5). La Junta de Aguas convocó a Coniedo, quien acompañado de otros maestros especialistas realizó un escrupuloso reconocimiento de la canalización. Los alarifes redactaron un informe que fue expedido al
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