Page 161 - La revista musical y las variedades en Elche
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cantaba los fox-trot Ámame, y Mi corazón es para ti. Un año más tarde, Tropical Express (revista datada en 1938), y más títulos como Fregoli 1944 (1944), en la que en seis minutos Trudi Bora se transformaba en dieciocho personajes distintos.
Las obras presentadas por Curt Doorlay, en lugar del corte europeísta de los espectáculos de Kaps y la opereta vienesa, o el localista de la revista madrileña, mostraban un tono más internacional y americano.
De 1942 es 99 mujeres contra tres hombres, donde la misma vedette, pareja sentimental de Doorlay, personificaba a Mistinguette, Conchita Piquer, Celia Gá- mez, Marlene Dietrich, Pastora Imperio, Greta Garbo y Mae West, entre otras. La obra fue representada en el Teatro Principal de Alicante, en abril de 1943.
Otro tipo de espectáculo dentro del género de la revista, es la que se presentó en los escenarios de Barcelona -la que tuvo éxito en el Paralelo-, distinto al que se mostró en Madrid desde su comienzo: con la misma estructura de escenas y cuadros costumbristas, pero sin estar sujeto a un libro (Gallén: 1985, 159-166).
Barcelona antes de 1939 tuvo en Ferran Bayés, empresario del Principal Palace, y sobre todo en Manuel Sugranyes, empresario del Teatro Cómico, sus dos máximos impulsores escénicos.
El año 1939 José Juan Cadenas y Jacinto Guerrero forman empresa e inten- tan aclimatar en el Paralelo barcelonés la revista madrileña con menos plumas y sedas, y con más argumento que la revista local sin lograrlo: ahí estan ¡Allò, Hollywood! (1939), ¡Hip Hip, Hurra! (1939), o La calle 43, un título con re- sonancias cinematográficas de revista musical americana, La media de cristal (1942), y ¡5 minutos nada menos! (1944), siempre con Conchita Leonardo, Pepita Benavent y los cómicos Lepe y Alady. Ninguno de estos espectáculos pertenecía al tipo de revista blanca, a diferencia de los espectáculos que des- pués impuso Celia Gámez como, La cenicienta del Place (1940), una obra para la reconciliación: “Porque esta revista blanca -o sea, antirrevista- u opereta, o comedia musical, o como quiera llamarse, corresponde al espectáculo, como corresponde al momento actual la general reconciliación de valores.”48
Con motivo del estreno de la revista La cenicienta del Palace, en Barcelona, decía la crítica: “Se hace difícil definir la revista como espectáculo (...). La diferenciación, la real y única di- ferenciación, era el grado de procacidad (...). En general, tanto más podía ser un espectáculo calificado de revista cuanto con mayor atino se hubiese hundido la pezuña en el tintero. La cuestión era tejer un cúmulo suficiente de enredos para que por ellos pudiera transitar el cuerpo “girls o vicetiples” en conjunto, y por separado el de cada una de ellas tal como suena. Llagada a su cenit, (...), la revista pudo llegar a ser el espectáculo antifascista por excelen- cia. (..). En este sentido, puede hablarse hoy de Celia Gámez, o la reconciliación” (“Gin”: 1940, Celia Gámez o la reconciliación, Destino, no 116, 21-IX-1940, p.12).
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