Page 163 - La revista musical y las variedades en Elche
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con el esperpento, como otras variedades de teatro menor de carácter regional en lengua vernácula.51
El teatro lírico popular adopta muchas modalidades: el juguete cómico en un acto, el vodevil de origen francés, y la suntuosa opereta que llegó de Europa.
En 1901 se estrena en el Teatro Apolo de Madrid la obra titulada El género ínfimo, de los hermanos Álvarez Quintero con música de Barrera y Quinito Valverde, que da nombre a las variedades. Un género del que también se ali- mentará la revista, con amplia presencia de ese erotismo que hoy puede parecer graciosamente ingenuo, la sicalipsis, “que cubre tanto ciertas obras del teatro lí- rico como de los espectáculos de los music-halls y cabarets” (Espín Templado: 1995). No muy lejos se encuentra el género llamado revista, que comenzada su andadura y a partir de los años veinte del siglo pasado, se va convirtiendo en un espectáculo de aire internacional cercano a los grandes musicales de Broadway o de Hollywood, con figuras tan populares como la inevitable Celia Gámez.
Las variedades se desarrrollarán paralelamente, aportarán números a la re- vista y tomarán parte de su carácter, llamándose a veces arrevistadas.
Al comenzar el siglo XX la canción española adquiere importancia deci- siva, al desgajase de la zarzuela y de otras manifestaciones escénicas, adqui- riendo en ella mayor interés lo popular que lo culto: todos la tararean y nadie recuerda al autor; si se le conoce, es por esa canción y no por la obra del género lírico a la que pertenece.
La independencia de una canción se produce con facilidad en el género chico. Muchas creaciones musicales ligeras que iniciaron la vuelta al mundo hace más de cincuenta años todavía continuaban en órbita, en 1964 -aseveraba Álvaro Retana- y siguen estando hoy. Para él, “no es razonable admitir la afir- mación expuesta por ciertos espíritus intransigentes, tocados de profundidad mental, de que sólo se dedican al arte frívolo quienes carecen de posibilidades para acometer empeños de mayor envergadura” (Retana: 1964, 13).
Si nos referimos al público y sus gustos, en el siglo XIX el público era casi siempre el mismo en este tipo de espectáculos: un público especial, jaranero y aficionado a las emociones picantes. También a principios del siguente siglo, los partidarios del género ínfimo jaleaban a las artistas, las piropeaban desde su localidad y coreaban los cuplés.
 Dentro también del teatro menor conviene recordar un grupo en lengua valenciana, el colo- co y satírico, sin excluir lo grotesco y hasta lo escatológico, En, Amorós: 1999, p.136.
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quio (col.loqui, conversació, raonament), cercano al sainete costumbrista de carácter cómi-
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