Page 117 - Agua, Tierra y Capital
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y precios, sobre todo determinados por la materia prima o la complejidad del trabajo.374
2.3.4.1. Caracteres de la industria ilicitana
La industria del calzado, de la alpargata en este caso, es una derivación de la industria textil. Responde a fases originales de toda revolución industrial, debido a la escasa inversión que necesita en medios de producción, sobre todo en bienes de equipo. Esta precariedad de capital invertido determinará el carácter de la industria ilicitana; por un lado, facilitará la proliferación de empresas y el rápido desarrollo del sector, pero por otro, será la causa de sus males estructurales. Este rasgo, propio de estas actividades que inauguran la industrialización en muchas áreas de un Mediterráneo de agricultura deficitaria pero de facilidad geográfica para el comercio, establece el carácter estacional de la producción, al menos en estos periodos iniciales, que a su vez, provocará la fragmentación el proceso de producción en dos ámbitos distintos: talleres especializados en determinados labores y en el gran desarrollo del sistema de trabajo a domicilio. En general, las estrategias de producción destinadas a paliar la interinidad del capital invertido generarán una conciencia colectiva de inestabilidad, y a veces, una escasa confianza en el sector, que a su vez, tenderá a configurar una conciencia de crisis crónica en los fabricantes, equivalente a esa cultura de la precariedad y el fatalismo del camp d’Elx.
Todo ello hace que en nuestro periodo, sobre todo en la década de los ochenta, hallemos un modo de producción mixto, de temporada, que combina la agricultura con la industria, según los estiajes de uno y otro sector. Igual que los huertos de palmeras se confunden con el espacio urbano de la ciudad, las industrias se extenderán también por el camp d’Elx, de modo que los trabajadores puedan emplearse en los dos sectores, según la demanda de trabajo.375 Este dualismo irá perdiendo intensidad a partir de los años 90, cuando se consoliden las grandes fábricas que emplearán a varios cientos de operarios, no obstante, tal rasgo formará parte de la dualidad identitaria de la ciudad durante casi todo el novecientos. Incluso, en el último cuarto del siglo XX, el hecho de llevar la producción de las pequeñas fábricas a zonas rurales responderá a una estrategia propia de la economía sumergida.
374 Sig. H-277-14. AHME.
375 MIRANDA ENCARNACIÓN, José Antonio.: Hacia un modelo industrial... op. cit. p. 33.
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