Page 137 - Agua, Tierra y Capital
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de pares de alpargatas470, fabricación solo equivalente a la industria alcoyana, y muy superior a cualquier ciudad del cuadrante sureste peninsular.
El desarrollo del sector secundario471, de todo un tejido de negocios e infraestructuras que facilitan la circulación de capital, personas e ideas, encuentra sus principales orígenes en dos factores: en primer lugar, y como hemos visto, en el desarrollo de una rápida revolución industrial en la ciudad, y en segundo, debido a su posición geográfica, próxima a la costa Mediterránea, en el eje del valle del Vinalopó y en medio de una de las vías de comunicación terrestre más antiguas y prósperas del sureste peninsular, la carretera que une Alicante y Murcia. Dicha posición privilegiada, más el citado proceso de industrialización, unida a la aparición de una emergente y activa burguesía, constituyen un clima muy favorable para el éxito de cualquier actividad propia del sector secundario, ya sea comunicaciones, comercio, u otros servicios. No obstante, la burguesía comercial ilicitana no dejará una impronta comparable a la de las oligarquías industriales o agrícolas. Por ejemplo, en 1887, con motivo de la citada Exposición Universal de Barcelona, el informe que el Ayuntamiento emite no hace referencia más que a agricultores, industriales y artistas, y obvia la importancia de los comerciantes, quizá porque las actividades mercantiles eran desarrolladas por los propios agricultores o fabricantes, que seguramente ejercieron una doble función durante buena parte de nuestro periodo.472
Sin miedo a exagerar, como advertíamos al principio del epígrafe dedicado a la industria, consideramos que la llegada del tren a Elche es también el elemento fundamental del sector secundario. La inauguración de la estación significa una perspectiva radicalmente diferente para el comercio local, sólo equiparable al desarrollo de la electrificación unos años más tarde.
Por ello, hemos elegido el apartado relacionado con los transportes como el otro primero en el análisis del sector. Consideramos la revolución de los transportes locales como el principio básico en el cambio de sociedad y en el proceso de construcción de la contemporaneidad. Hemos de advertir que el ferrocarril será tratado en un epígrafe concreto. No es posible decir lo mismo acerca de las carreteras, que quizá quedan en un discutible segundo plano tras la aparición del tren, motivo por el que los semanarios publicarán infinidad de
MIRANDA ENCARNACIÓN, José Antonio.: Hacia un modelo industrial... op. cit. p. 81. No obstante, según nos ciñéramos a los datos que aporta el padrón de 1900, tendríamos una imagen débil de los servicios en la ciudad que sólo empleaba a un 4,6 % de la población activa, frente al 46,7 de la agricultura y el 48, 7 de la industria. (MIRANDA ENCARNACIÓN, José Antonio.: Hacia un modelo industrial... op. cit. p. 34.).
Correspondencia de 1887. Primer semestre de 1887. (Sig. D83-1. AHME).
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