Page 149 - Agua, Tierra y Capital
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Cuando el tren llegue a últimas horas de la tarde a la estación de Elche será recibido por el conocido pirotécnico Jaime Albarrach con un espectacular petardo que será la señal para que comenzaran a redoblar las campanas de Santa María.522
Las celebraciones continuarán en Alicante con un Te Deum y una función de teatro, pero, ante la fría acogida que suscita su presencia en Alicante, Cánovas del Castillo decide regresar a Elche donde cuenta con más apoyos. Cánovas pasa la noche en la casa conocida como La Alhambra, y al día siguiente visita la ciudad.523
Sin duda, tal escenificación de lo que significaba la llegada a la ciudad del ferrocarril, con toda la fuerza de la tecnología y el capitalismo internacional, que suponía la agilización y el abaratamiento en la circulación de mercancías y personas, debió suponer el acontecimiento más importante en lo que todavía era una ciudad tranquila, orientada hacia la agricultura, y gobernada por un puñado de propietarios de tierras, entre los que todavía se distinguían algunas familias relacionadas con las aristocracias del Antiguo Régimen.
La enorme obra del ferrocarril debió influir en la incipiente burguesía urbana, en esa clase de industriales y comerciantes, como todo un reto, una poderosa palanca524 que, como retrata el periodista local Ildefonso Sansano, los invitaba a participar de la nueva era en la ciudad que con alborozo, con increible júbilo ve cruzar sus frondosos huertos de gentiles palmeras a esa máquina y vagones que, émulos del mismo viento, por dó quier difunden la cultura...525 [...] Por fin, nuestra ciudad va a ser dotada de los medios de transporte de que goza el mundo moderno. La vía férrea que va a empezar a explotarse es una mejora importantísima para nuestra población que ve estrechamente las distancias entre las más cercanas capitales, u sacudirse el yugo con el que la aprisionaba el marasmo en que yacía envuelta: la exportación de frutas se facilitará en gran manera, y la importación de mercancías será más rápida y directa; todo contribuye a la prosperidad de nuestro pueblo. [...] La ciudad de Elche rinde hoy respetuoso homenaje a la civilización, recibiendo en su seno el único adelanto moderno de que carecía.526 No obstante, a pesar del júbilo con el que la burguesía ilicitana recibe el ferrocarril, no faltarán voces –como la del industrial José María Buck- que aprovechen el acontecimiento para denunciar que el nuevo medio de trasporte será insuficiente si no se resuelve el problema del agua en el municipio.527
522 COVES NAVARRO, José Vicente.: El ferrocarril... op. cit. p. 22.
523 Ibidem, p. 22.
En El Vinalopó, número 1, del 16 de febrero de 1884. (Sig. PH-39. AHME).
525 Ibidem.
526 “Por fin”, en El Vinalopó, número 13, del 11 de mayo de 1884. (Sig. PH-39. AHME).
527 “A Elche”, en El Vinalopó, número 16, 1 de junio de 1884. (Sig. PH-39. AHME).
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