Page 196 - Agua, Tierra y Capital
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identificar con uno de los compromisos más importantes que adquiere la construcción del Estado liberal a través de los poderes municipales, ya que responden al combate contra el analfabetismo y la pobreza estructural, dos campos de acción política en los que el poder pretende independizarse del monopolio de la Iglesia.
Uno de los sectores más importantes, dentro de los servicios que sufragan las maltrechas arcas del Ayuntamiento, es la enseñanza, o instrucción pública, como se define en la época tanto desde el gobierno central, como en los Libros de Actas Municipales, será, junto al de la beneficencia, uno de los dos grandes problemas con los que se tiene que enfrentar una nueva sociedad: el primero de ellos, el elevado índice de analfabetismo que castigaba a la población ilicitana, y el segundo, el crecimiento de una nueva pobreza que, paradójicamente, era mayor en una sociedad industrial en la que cada vez circulaba más capital, pero que creaba enormes desigualdades y que era imprescindible atender, al menos desde el punto de vista sanitario, ya que las bolsas de pobreza urbana podían significar un peligroso foco de infección de cólera o revueltas sociales.
Por tanto, la enseñanza y la beneficencia alcanzarán en este periodo final del siglo XIX una especial relevancia, y aunque su magnitud no sea corres- pondiente a las dotaciones presupuestarias municipales, sí genera un volumen de documentación, tanto en la prensa como la burocracia oficial, que retrata la importancia que adquirió durante aquellos años.
Como decíamos, es necesario interpretar la relevancia de ambos servicios públicos y municipales, como una respuesta política del Estado, que, a través del poder municipal, pretende la intervención social primero corrigiendo los citados niveles de analfabetismo, y segundo, paliando las consecuencias de la rápida industrialización, las bolsas urbanas de pobres. Para ello, el Estado fomentará en los Ayuntamientos la competencia sobre estos dos problemas. No obstante, el poder municipal, débil sobre todo por sus dificultades presupuestarias, sólo responderá parcialmente al objetivo laicista, ya que tendrá que recurrir una y otra vez a la cooperación con el obispados, de los que demandará personal religioso –monjas- para, primero fundar el asilo en los años ochenta y después mantener una respuesta a la gran demanda de ingresos en dicha institución.
Elche deberá gran influencia de las doctrinas laicistas de la enseñanza o la beneficencia, al krausismo y el regeneracionismo, la Institución Libre de Ense- ñanza o la influencia de la pedagogía del padre Manjón o Fröebel, que podemos constatar gracias a la prensa y a la actividad que desarrollaron instituciones como el Círculo Obrero Ilicitano, el Casino o la Agrupación Socialista.
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