Page 32 - Agua, Tierra y Capital
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A grandes rasgos, hay que entender la crisis de la agricultura como un progre- sivo descenso de la rentabilidad, aunque a principios de los años ochenta, la agricultura ilicitana vive un momento de recuperación debido a las consecuen- cias que producen los tratados comerciales entre el estado Español, Inglaterra o Francia, merced a la llegada del ferrocarril y a la proximidad de puertos como el de Alicante entre otros. La vid y la granada experimentan un desarrollo de la rentabilidad del que la agricultura ilicitana no había disfrutado en todo el siglo XIX. Pero la prosperidad del mercado no deja de ser un hecho circunstancial en el tiempo, insuficiente, incapaz de cambiar los resortes de una agricultura obsoleta y poco lucrativa. Ante el panorama de la coyuntura, nos parece más interesante la respuesta que genera la sociedad ilicitana, que la misma crisis agraria, sobre todo porque el hecho de la tan traída y llevada crisis del campo implicará la necesidad de nuevas formas de vida para la ciudad. Es decir, ¿el fracaso estructural de la agricultura, combinado con los beneficios coyunturales del mercado internacional, constituyen el impulso de la primera industria del calzado y por tanto, de la construcción de una ciudad contemporaneidad? Si entendemos la contemporaneidad como un proceso en el que la industria es el sector que se impone sobre la agricultura tradicional, es decir, la contempora- neidad se construye a partir de un cambio de modo de producción, la respuesta a la segunda parte de la pregunta puede ser afirmativa.
En cuanto al tema del origen del capital inicial, si corresponde a lo bene- ficios del comercio de la vid y la granada, es un hecho que convine rastrear a través de los hombres -y las pocas mujeres-, de los apellidos, de las familias que encontramos en esa clase social que en los documentos ya aparece definida como de los yndustriales.
En síntesis, consideramos que la causas de la crisis finisecular de la agricul- tura son dos: la primera, propia del entorno mediterráneo, es la resultante del binomio sequías-inundaciones y la segunda, el fracaso del mercado exterior. La combinación de ambas produce un descenso de la rentabilidad que implica falta de inversión. Pero como decíamos más arriba, quizá la respuesta que da la so- ciedad ilicitana a estos problemas sea más fecunda e interesante que los propios problemas en sí. Mas, ¿cuáles son esas respuestas? La creación de la Comuni- dad de Labradores, la búsqueda de un nuevo sector más rentable: la industria, y la superación del agua como fuente de energía sustituida por la electricidad. Respuestas que se convierten en elementos fundamentales para un cambio de sociedad y, en definitiva, suponen la construcción de la ciudad contemporánea.
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