Page 37 - Agua, Tierra y Capital
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El encendido debate nacional entre los partidarios de los aranceles y los de- fensores de la libertad de comercio llegará a la burguesía ilicitana. Como ya ha- bía ocurrido en parte del País Valenciano, la controversia entre librecambistas y proteccionistas se decantará desde el principio por los primeros. La burguesía local, tanto la vinculada a la agricultura como a la industria del calzado, com- partirá intereses con la valenciana del sector naranjero. Valencia, Alcoy o Elche y el País Valenciano necesitan y buscan un lugar en el intenso proceso de ex- pansión e internacionalización de los capitales que vivía una Europa, que, tras superar la crisis de los setenta, se hallaba en una fase superior de crecimiento.
La agricultura ilicitana intenta aprovechar las circunstancias, busca su pro- pio espacio en el arco mediterráneo. Pero el resultado no será del todo satisfac- torio. La apuesta por la granada no consigue unirse al éxito de la naranja. Quizá la burguesía agraria ilicitana es demasiado débil y carece del capital suficiente como para impulsar un sector tan potente como el que se había desarrollado en Valencia. En cualquier caso, la burguesía agraria local intentarán aprovechar la coyuntura del mercado internacional para salvar el maltrecho camp d‟Elx.
La crisis de la agricultura española del trigo, que se acentúa a partir de la se- gunda mitad del siglo XIX debido a la bajada de sus precios y a la competencia de grano extranjero90, encuentra un importante factor de corrección a causa del boom de la vid, que se beneficia, no solo a causa de la filoxera en la agricultura gala, sino también debido a la ruptura comercial entre Francia e Italia, y a la casi simultánea firma del tratado comercial con el Estado español, en 1881. No obstante, la consecuente febre de l’oro no será muy duradera, ya que hacia mediados de la década de esos ochenta ya se observará la presencia de la mosca en Cataluña y el País Valenciano.91
El caso del campo de Elche presenta diferencias. Si bien la agricultura de la vid y el mercado del vino ilicitano se desarrollan, y son una de las bases en ese cambio de tendencia en la crisis local, será realmente el cultivo y comercializa- ción de la granada la que centre las esperanzas de recuperación entre los labra- dores ilicitanos, los cuales, más que ocupados del mercado propiamente dicho con Europa, dirigen sus miradas a las colonias francesas del norte de África, y sobre todo, a Orán, enclave con el que mantienen estrechos lazos económicos y culturales merced a la constante emigración ilicitana.
GARRABOU, Ramón.: “La especialización de la agricultura mediterránea... op. cit. p. 101. CARRERAS, Albert y TAFUNELL, Xavier.: Historia Económica de la España contemporánea, Crítica, Barcelona, 2006. p. 188.
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