Page 70 - Agua, Tierra y Capital
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tierras y molinos de la institución y que vendía o arrendaba a los vecinos de Elche o Aspe.
A pesar de que la Acequia Mayor en teoría no es más que una parte de todo el sistema de poder y administración de las aguas de la ciudad, la abundancia y trascendencia de los documentos relacionados con este acueducto advierten de su importancia fundamental, más incluso que el propio pantano, ya que la Acequia Mayor es la columna vertebral de la que parten el resto de conducciones de agua y según sus libros de cuentas. Dichos libros son la principal fuente documental que nos informa de la estabilidad de la institución, pero también de los diferentes hombres que en el tramo final del siglo XIX dominarán y administrarán la Acequia Mayor.
El organigrama se compone de un depositario de las cuentas, cargo remunerado, el máximo responsable de los libros, de toda la administración y gestión, primer, segundo fiel, garantes del reparto justo de los hilos de agua; el contralibro, cargos de mayor responsabilidad y el sobreacequiero, el pantanero, el ayudante de pantanero, el secretario, el escribiente, el relojero, y el pregonero. En 1884 encontramos al maestro de primaria e industrial Eliodoro Vidal Amat al frente, como depositario, a José Peral Sánchez y Fernando Antón como primer y segundo fiel, y a Marceliano Coquillat Álamo, contralibro. Los cargos se mantienen hasta 1892, precisamente cuando sean aprobadas las nuevas ordenanzas, que sólo suponen la sustitución de Eliodoro Vidal en el cargo de depositario por Diego Quiles Quiles. Así se mantienen estos principales cargos hasta 1897, cuando se produzcan nuevos cambios: José Picó Maciá será el depositario, José Juan Sánchez, el fiel, y José Coquillat Pascual ocupará el cargo de contralibro, hijo del fallecido Marceliano Coquillat Álamo.
2.2.2.1.3.1. Normalización legal de la Acequia Mayor: las ordenanzas
Igual que ocurre con el resto de organizaciones, la Acequia Mayor vive en este periodo un proceso de regularización normativa que pretende fijar y reformar los usos y costumbres de sus infraestructuras. El hecho, además, de la norma- lización escrita de un reglamento interno era imprescindible para una Acequia Mayor, que desde principios de los años ochenta, se comporta como una empresa, que paga contribución y mantiene intensas actividades económicas de arrenda- miento de tierras.186
186 Dichos arrendamientos solían hacerse aproximadamente por cuatro años, periodos más cortos que los alquileres de la Junta del pantano. (Sig. AA 43-44 ó Sig. AA 47-32. AHME).
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