Page 73 - Agua, Tierra y Capital
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dos grandes cauces, sino que también será una constante entre los propietarios de las aguas de Huertos, y el de la Dula, lucha enmarcada en el enfrentamiento entre distintos caciques locales. En enero de 1900 el notario José Gómez Aznar presenta un escrito ante Alcalde, presidente de la Junta de Aguas y ante la Junta General de Propietarios de la Acequia Mayor. En el documento defiende los derechos de las aguas de la Dula, de las que es propietario, que según él, no son los mismos que la de Huertos. No tenemos constancia de ninguna respuesta, al menos en el AHME no hemos encontrado ningún documento que permita arro- jar más luz sobre esta controversia. Probablemente el conflicto no se resolvió, José Gómez fallece en 1901, y el agua de Huertos, a la que estará vinculada la mayor parte de las oligarquías ilicitanas, seguirá siendo un elemento hegemó- nico y privilegiado en la ciudad.
2.2.2.1.4. Acequias y acueductos secundarios
Derivadas de estas dos grandes conducciones de agua a las que nos acabamos de dedicar, los espacios rurales y la propia ciudad se encuentran atravesados por una red de innumerables canales, partidores o rafas. El hecho de que la propia ciudad se encuentre surcada por varias acequias, en algunos tramos sin cubrir o cubiertas de modo precario, nos da la idea de la confusión entre el espacio rural y el urbano a la que nos hemos referido en varias ocasiones.
Todavía en los años ochenta encontramos numerosas referencias a las ace- quias que circulaban por zonas ya urbanizadas desde antiguo. Cabría pensar que fue la expansión de la ciudad la que sorprendió o se apropió de los espacios tradi- cionales del regadío en los huertos más próximos a Elche. No podemos negar que este fenómeno se diera, sobre todo en los ensanches del barrio de San Miguel, de la barrera o del sur de la plaza de la glorieta del Dr. Campello, donde se hubieron de talar innumerables palmeras para construir el futuro teatro Kursaal. El paisaje urbano de una ciudad como Elche, cuyas fronteras son la difusa linde de los huer- tos, pagó siempre un especial tributo al paisaje rural de palmerales y acequias que se puede observar en cientos de fotografías de la época. Por ello, hemos decidido abordar el tema de los acueductos secundarios desde la diferencia entre aquellos que trascurrirán por la propia ciudad y los que lo hicieran por las áreas rurales propiamente dichas.
En el caso del agua de huertos, el cauce artificial más importante después de la acequia Mayor también sufre el mismo proceso de regularización normativa. En enero de 1891, antes incluso que la acequia Mayor o la de Marchena, se aprue- ba un reglamento provisional para la venta de aguas, venta que se efectuará todos
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