Page 88 - Agua, Tierra y Capital
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Alcorayas mejoran el aprovisionamiento. Pero a la sazón, también existen varios lavadores, cercanos al cauce del Vinalopó a los que las mujeres acuden diariamente y de los que han quedado varios documentos fotográficos.
Según una breve nota aparecida en El Vinalopó, por las fuentes municipales circulaba una cantidad suficiente de agua como para el abastecimiento de los habitantes de la ciudad.249 No obstante, el problema de las fuentes públicas y su estado de abandono será un tema habitual en la prensa y en las instancias que el Ayuntamiento recibirá constantemente por iniciativa de grupos de vecinos que denuncien malos olores y estancamientos de agua peligrosos para la salud pública, así como la salubridad de las aguas, que será otra cuestión central en la vindicación ciudadana ante el Ayuntamiento. Como fuera el caso, en 1902, de la instancia firmada por siete vecinos del Arrabal de San Juan para que la pila existente en aquella fuente fuera reemplazada con el fin de que el agua no se derrama formando charcos que son causa de enfermedades.250
Las fuentes públicas también se ocuparán de suministrar agua a algunas casas251 y mesones del casco urbano que también habían solicitarán dicho servi- cio en las oficinas municipales, como fuera el caso de Agustín Alonso Araceli, propietario del mesón denominado del puente, en cuyo punto tiene su estable- cimiento abierto y ejerce su industria con la mayor penalidad por la escasez de aguas... solita servirse de los excedentes de la fuente denominada del puente.252
En la segunda mitad de la década de los ochenta, el crecimiento demográfico de la ciudad obliga al consistorio a instalar cinco fuentes municipales más dentro del perímetro urbano, a las que se añaden una fuente –de agua no potable- monumental en la plaza de la Merced.253
Por otra parte, en precio del cántaro, unidad de medida utilizada en la épo- ca, equivalente a aproximadamente 12 libros de agua, será de 5 céntimos y permanecerá estable durante nuestro periodo. En junio de 1885 encontramos en el libro de Actas Municipal una referencia a este precio, y todavía en 1903, el informe del gerente de aguas de Alcoraya, como hemos visto en el epígrafe anterior, seguía fijando el mismo precio para cada cántaro.
Solamente el proyecto de aguas del Planet pretendió, sin éxito, al menos en teoría, abaratar el precio del agua fijándolo en 2 o 3 céntimos.
En El Vinalopó, número 59, del 15 de marzo de 1885. (Sig. PH-84. AHME).
250 Sig. 7-54. AHME y Libro de Actas Municipal, sesión del 14 de julio de 1902. Folio 53 vuelto.
251 Sig. 7-38 y 7-39. AHME.
252 Sig. 7-18. AHME.
253 Libro de Actas Municipal, sesión del 6 d octubre de 1887. Folio 151. (Sig. a 178. AHME).
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