Page 92 - Agua, Tierra y Capital
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A partir de la década de los ochenta, esa misma fuerza motriz será aprovechada por los primeros talleres de producción de alpargatas, que aplicarán la vieja energía hidráulica, en los primeros momentos de la revolución industrial local. Pero la in- constancia del curso de agua y su limitada potencia hacen muy difícil las previsio- nes en la producción, por ello, los industriales ilicitanos intentarán pronto aplicar la electricidad, que ya había demostrado su eficacia en otras ciudades.
La lejanía de los yacimiento carboníferos, la importancia de la mano de obra barata y abundante en la industria del calzado, y la elevada inversión que suponía la aplicación de la fuerza del vapor en la revolución industrial ilicitana explican la ausencia de esta fuerza motriz tan decisiva otro procesos de maquinización e indus- trialización de España y Europa. Por tanto, en principio los industriales ilicitanos tendrán que adaptarse a la energía hidráulica tradicional, aunque se irán incorpo- rando a la electricidad porque tampoco ésta les supone una importante inversión. Es conveniente tener en cuenta que la producción de alpargata requiere en estos momentos poco nivel de maquinización y disfruta de una mano de obra abundante y barata, por ello, y también por el gran desarrollo del sistema de producción a domicilio, tan característico de las primeras fases de la revolución industrial, Elche pasará de la milenaria fuerza hidráulica, a la eléctrica entre 1890 y 1910.
2.2.4.2. Saltos de agua y fábricas de luz
Aunque la electrificación llega a Elche en 1890, y hay constancia documen- tal de su aplicación, no sólo en el alumbrado público, sino también en diversas máquinas de producción de textil y de calzado. A pesar de las buenas condicio- nes que ofrecía la presa, hasta 1902, en pleno proyecto de reforma del pantano y sobre todo de efervescencia industrial, no encontramos la primera referencia a la idea de crear un salto de agua en Elche, cuando un semanario local publique con gran entusiasmo, en primera plana, la idea de crear un salto de agua en el pantano toma incremento y gana partidarios... es un hecho innegable, -y del cual se ha hecho eco en Francia Mr. Hanatoux,- que cuanto más civilizado es un pueblo más y mejor sabe aprovechar su fuerza hidráulica.
Por eso vemos con gusto que en Elche va despertándose el interés a favor de la fuerza por el agua, abandonando antiguas rutinas en virtud de las cuales hemos perdido inútilmente incalculables energías.
Y esto producirá, es indudable, un próximo porvenir , una verdadera revo- lución industrial, en la que nada irá perdiendo seguramente el pueblo de Elche.
Hace tiempo que los sabios se preocupan de lo que, si sucediera hoy, sería un verdadero conflicto para todas las industrias; es decir, el agotamiento de las
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