Page 97 - Agua, Tierra y Capital
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abandonando el carácter agrario –el núcleo urbano supere los 10.000 habitan- tes278- para adentrarse en los nuevos contenidos y semblantes del progreso, un progreso entendido desde ese punto de vista finisecular, en el que la máquina, el capital y la sociedad civil serán los encantos de la nueva mentalidad colectiva de la burguesía ilicitana. Como plantea la ley de Wiliamson, los desequilibrios regionales son propios de las „primeras fases‟ del desarrollo económico de un país (capitalista). Es más, dichos desequilibrios tenderían a incrementarse alcanzando un cierto nivel de desarrollo (obviamente variable en el tiempo), y a decrecer posteriormente, como ha en EE. UU. y Canadá.279
Pero dicho antagonismo irá mucho más allá de la mera separación entre ciudad y el campo, ya que en Elche supondrá la ruptura con la sociedad tradicional y todo su entramado cultural, de prácticas, costumbres o estructura familiar, sobre todo las relacionadas con el final de una visión pesimista de la existencia –lo que W. W. Rostow llama vida fatalista280- que será sustituida por la confianza en el progreso, tanto desde el punto de vista técnico como social.
En definitiva, a finales del siglo XIX nos encontramos una Revolución Industrial local, base y etiología para el cambio de sociedad en el marco de esa larga transición al capitalismo, que en Elche dura más de un siglo entero. Desde nuestro punto de vista se trata de una transición cuanto menos controvertida, sumergida en las peculiaridades que presenta el sistema señorial, lejano del modo de producción feudal, sobre todo si tenemos en cuenta el régimen de propiedad de la tierra. Como dice Pedro Ruiz, es necesario explicar el capitalismo en función del feudalismo y, sin despreciar la incidencia de factores externos, buscar las causas del capitalismo en el propio feudalismo.281 En el caso de Elche, el desmoronamiento de las antiguas estructuras feudales se remonta a finales del siglo XVII, cuando la tierra es ya una mercancía que produce una clase de propietarios y a la sazón, una permeabilidad social de los grupos, de
278 Este es el criterio demográfico que la mayoría de los historiadores emplean para considerar una ciudad como urbana propiamente dicha. (PINOL, Jean-Luc. (dir.): Historia de la Europa Urbana. IV. La ciudad contemporánea hasta la Segunda Guerra Mundial, Universitat de València, València, 2011. p. 32.
279 WILLIAMSON, J.: “Desigualdad nacional y el proceso de desarrollo nacional: descripción de modelos”, en NEEDLEMAN, L.: Análisis regional, Técnos, Madrid, 1972, citado por SEVILLA JIMÉNEZ, Martín.: La industria en Elche, 1880-1900, Memoria de Licenciatura inédita, Valencia, 1976. p.45.
280 ROSTOW, W. W.: The Stages of Economic Growth. A Non-Communist Manifesto, Cambridge University Press, p. 2. (Las etapas de crecimiento Económico, Fondo de Cultura Económico, México, 1961, p. 2.) en VILAR, Pierre.: Crecimiento y desarrollo. Economía e historia. Reflexiones sobre el caso español, Planeta-Agostini, Barcelona, 1993. p. 385.
281 RUIZ TORRES, Pedro.: Señores y propietarios... op. cit. p. 23. 97
 



























































































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