Page 47 - La Libreta Gris - La otra crónica de Elche: 2008-2017
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ADVERTENCIAS CONSUMADAS
“Al suelo, que vienen los nuestros!”, se oyó gritar en la sede local del PP. Pero la andanada alcanzó de lleno a la Jefa y Mercedes Alonso se vio, así de sopetón, desposeída de las competencias en la Diputación Provincial. Su enemigo del alma, el presidente provincial por partida doble –de la Dipu y del PP–, José Joaquín Ripoll, cumplía así su advertencia. "No me toques a Tormo", le había dicho. Y se lo tocó. En el pleno municipal del lunes, la portavoz y presidenta de la gestora local popular consumó también sus advertencias al díscolo edil que le quiere disputar la presidencia y lo echó, sin abrir la boca (ni ella ni ningún miembro de su grupo), de la única comisión municipal de la que formaba parte, Hacienda. Tormo, caballeroso y educado como es, sí habló en la sesión y fue para felicitar a los miembros de este órgano por el trabajo realizado y por su dedicación. Toma ya. Precisamente la comisión que más críticas y vilipendios ha recibido últimamente del grupo popular a raíz del asunto del pago de facturas irregulares.
Así, con Tormo despojado de competencias municipales y con una petición de expulsión del grupo Popular y del PP –o al menos de suspensión de militancia– pendiendo sobre él, Alonso tendría expedito el camino hacía la presidencia local cuando se convoque el congreso. Pero como en política, al igual que en el fútbol, no hay enemigo pequeño, los cálculos y estrategias no siempre acaban dando los resultados apetecidos. La exclusión de Tormo, aunque con los estatutos populares en la mano podría estar justificada, es cierto que ha causado malestar no sólo entre los afines al edil represaliado sino también en sectores de la militancia popular, de la de siempre, que, sin simpatizar especialmente con él, sí observan con preocupación que esta decisión podría dar al traste con la etapa de estabilidad y tranquilidad de que goza el partido (un mérito que, se quiera o no, hay que adjudicar a Alonso) y afectar negativamente a las expectativas de conquista de la alcaldía en el 2011. No es que en esos sectores se vea mal que Alonso ejerza su autoridad y trate de cortar cualquier atisbo de indisciplina en el partido, antes de llegar a situaciones como las de la etapa anterior. No. Lo que más preocupa es que dé la impresión de que está más interesada en eliminar a un posible adversario para la presidencia, incluso asumiendo el riesgo de quedarse con un concejal menos en el grupo (y rompiendo con ello el empate con el PSOE), que de atajar una insubordinación.
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