Page 115 - Las Clarisas en Elche
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junio, por tanto, se dedicaba a la celebración del Sagrado Corazón de Jesús: cada día se iniciaba a las seis de la mañana con una exposición del Santísimo, misa rezada, ejercicios y reserva. El papa Pío X concedía indulgencia plenaria tories quoties, aplicable a las almas de los difuntos, a todos los fieles que con- fesados y comulgados visiten la iglesia el domingo siguiente al día de la festi- vidad del Sagrado Corazón, rogando por las intenciones del Romano Pontífice. Para ello era necesario, además, realizar los ejercicios espirituales que tenían lugar durante la semana previa, tras el ejercicio del mes. A su vez, el novenario se iniciaba el mismo viernes de la festividad, en el que, a las seis y media de la mañana había misa de comunión general. Y por las tardes, exposición, rosario, novena, sermón, gozos y reserva. El obispo de la diócesis concedía cincuenta días de indulgencia a cuantos fieles asistieran a cualquier acto de esta novena. El último domingo del mes, por la mañana se repetía la misa de comunión ge- neral, después otra solemne con sermón y exposición del Santísimo y, por la tarde, procesión pública.
En esta misma época hay que mencionar la singular muerte de la venerable sor Clara de San Pascual Agulló, cuya noticia conserva la actual comunidad en una breve nota manuscrita en donde se indica que la misma fue tomada del Libro de difuntas del monasterio (destruido en 1936) y del testimonio de las monjas:
Venerable Clara de San Pascual Agulló. Hermana lega, nació en Elche, 1832. Sencilla y simple, pura y trasparente, caritativa y bondadosa. La enfermera le dijo en su agonía: «Hermana Clara, cuando llegue al cielo, pídale a Dios que llueva so- bre los áridos y secos campos de Elche». Y, ¡oh, prodigio!, antes de ser enterrada, cayó una copiosa lluvia. Acudió mucha gente devota a su entierro pidiendo objetos y cosas usadas y tocadas por ella. Murió el 4 de octubre de 1912.224
Hay constancia desde la segunda década del siglo xx de las destacadas ta- reas de bordados de ornamentos realizados por las religiosas clarisas, dirigidas por la madre Milagro Díez Ayala, de especial maestría, que continuaron hasta bien avanzada la centuria. Es el caso de una casulla concluida en agosto de 1925 y un terno completo (casulla y dos dalmáticas) de 1928, que conserva la comunidad. En estos ornamentos litúrgicos, con hilos de oro, plata y sedas de colores, se resaltan, entre bellos adornos, diferentes motivos simbólicos como el escudo franciscano, la adoración a la Eucaristía, el Cordero místico, etc., etc.
224 aRchIvo de la coMuNIdad de MoNJas de saNta claRa de elche [ACMSCE]. Nota manuscrita, s.a. Curiosamente, ya vimos esta misma lluvia prodigiosa post mortem en otra religiosa ilicitana fallecida casi cuatrocientos años antes, hecho que recogió M. de huélaMo en su Hystoria de las personas illustres y notables en santidad, de la sancta provincia de Carthagena de la orden de nuestro seráphico padre San Francisco... (1617), p. 111v-114.
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