Page 118 - Las Clarisas en Elche
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Siglo xx
como consecuencia, estaba exenta de contribuir a las cargas del Estado. El ple- no municipal acordó aceptar la moción y elevar al ministerio de Justicia toda la documentación pertinente.226
En los años siguientes, la abadesa intentó en varias ocasiones recuperar el uso del convento con el fin de que las monjas pudieran volver a ocuparlo. Aun cuando hubo un conato de regreso el 30 de agosto de 1933, rechazado por las autoridades municipales, el 19 de septiembre de 1934 se consiguió dicho retorno, que llevó aparejadas unas obras de rehabilitación del edificio, maltre- cho tras tres años de abandono. La crónica de tales reparaciones nos permite conocer también, aunque someramente, la distribución de la iglesia mercedaria en estos años:
El 19 de septiembre de 1934, en una revuelta política, volvimos al convento. Como al pueblo vino mucha fuerza de seguridad y no tenían donde alojarse ocu- paron las habitaciones del padre capellán y nosotras el convento. Todo estaba en desorden, pero nosotras estábamos gozosas y todos los trabajos nos parecían pocos. Con grande ilusión lo limpiamos y lo ordenamos todo. La iglesia tan espaciosa, el camarín con la Virgen de las Mercedes, los altares de nuestros seráfico padres, el altar del Sagrado Corazón de Jesús y el Corazón de María, el altar de la cueva y la aparición de Lourdes, el de San Juan de Letrán y tantos otros, que se conservaban intactos. Nuestro coro alto que parecía un cachito de cielo, los claustros y todo el convento, todo fue limpiado y ordenándose para poder reanudar cuanto antes la vida monacal. Fueron llamadas las religiosas ausentes las que se apresuraron a vol- ver, viéndonos en las fiestas de Navidad todas reunidas, digo mal, todas no, de las 24 que salimos, 2 murieron y 4 perdieron la vocación, sólo nos reunimos 18. Dios podó la viña y nosotras tuvimos esa pena al reunirnos.227
Sin embargo, el 20 de febrero de 1936, tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones municipales del día 16, el convento y la iglesia anexa, la más grande de Elche tras Santa María, fueron asaltados e incendiados, como los restantes templos de la ciudad, a excepción de San José. Las religiosas pudie- ron abandonar el edificio momentos antes del incendio y fueron acogidas en diferentes domicilios particulares de familiares y amigos y muchas de ellas marcharon a sus respectivos pueblos de origen, de manera que la comunidad quedó esparcida y no volvió a reunirse hasta el 29 de marzo de 1939, en los últimos días de la Guerra Civil:
Estando rezando laudes [vísperas?] oímos tiros y luego gente corriendo y gri- tando por la calle. Una de las hermanas vino al coro y nos dijo que personas amigas
226 AHME, Cabildo del 04-12-1931.
227 J. MIlláN RuBIo, op. cit., p. 605.
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