Page 55 - Las Clarisas en Elche
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el paso del tiempo ordenó el Ayuntamiento que esta pluma de agua se tomase del llamado Hort del Xocolater y se había servido el convento de la misma «ab inicio», pasando por la plaza de la Merced y calle Ancha hasta el monasterio de la Encarnación. Sin embargo, al contruirse en la citada plaza de la Merced la fuente de agua dulce (1789) fue necesario que el convento tomara su agua de las inmediaciones del Molino del Real, costeando la villa la conducción,
de aquí es que la comunidad tiene una carga insoportable qual es la composi- ción del conducto en los largos trámites en que le ha dejado la ilustre villa; y como este conducto queda descubierto y es de poca subsistencia, los más días lo inutili- san los muchachos por estar a la orilla del camino, faltándole el agua al monasterio, y padeciendo las religiosas las incomodidades que se pueden discurrir.90
Las monjas pedían volver a tomar el agua desde el Hort del Xocolater y la villa les concedió además un pluma de agua dulce para el caso de no correr el agua salada o no querer aprovecharse de ella.91
Iglesia
En el cabildo del 9 de junio de 1759 se registra un memorial de la comuni- dad de Santa Clara que nos informa de la reciente adquisición de una imagen de la Encarnación de Jesucristo para el altar mayor de la iglesia del monasterio, sufragada por las monjas jóvenes del mismo, al tiempo que solicitaban ayuda municipal para la celebración de la entronización de dicha figura:
Las religiosas jóvenes de Santa Clara de el convento de la Encarnación de esta villa; con la devida veneración expone[n] como ha más de 200 años, que se fundó dicho convento, en los que ha caresido de imagen titular, pues solo se hallava el nicho vacío en su altar mayor y considerando las dichas señoras este gran fallo, resolvieron dejar cada una, un dinero diario de su limitada ración, con cuyo corto estipendio, continuado por mucho tiempo, han conseguido un bello simulacro de María Santísima, con el celeste paraninpho dándole la enbaxada, ambos de primo- rosa, y magestuosa escultura; y como sean precisos muchos gastos para el día de su bendición, y colocasión, que no puede subvenir la comunidad, por encontrarse en la mayor miseria que se puede imaginar; recurren a la piedad de V. SS. como a su patrona, a quien rendidamente suplican, se digne coadiuvar a tan santa obra, con aquella limosna que fuere bien vista a V. SS. Como también en autorizar la fiesta con su asistencia el día de la colocación, que en uno, y otro, recivirán merced dichas señoras, y quedarán nuevamente obligadas a rogar a Dios Nuestro Señor
Ibidem.
AHME, Cabildo del 13-03-1794.
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