Page 64 - Las Clarisas en Elche
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Siglo xviii
cuantía que las celebradas en las iglesias parroquiales, también se decían en la iglesia de la Encarnación. Como ejemplo, podemos citar las legadas por Anto- nio Valero de Berenguer, familiar del Santo Oficio de la Inquisición de Murcia:
Otrosí, mando que por mi alma e intensión se me digan y celebren quatrocientas missas rezadas, distribuidas en esta forma, ciento y cincuenta, en dicha parroquial del Salvador, en la capilla de Nuestra Señora de los Remedios; ciento, en la parro- quial de Santa María, en el altar de Nuestra Señora de la Assumpción; treinta, en la parroquial de San Juan Bautista, en la capilla de Nuestra Señora de la Piedad; treinta, en el convento de Nuestra Señora de las Mercedes de esta villa, en la capilla de glorioso San Juan de Laterán; veinte, en el convento de San Josep, extramuros de esta villa, en el altar de dicho santo; diez, en el convento de Santa Clara de esta villa, en el altar del glorioso San Antonio de Padua; y las sesenta restantes, a elec- ción de mis albaseas, como assí es mi voluntad.112
También se han conservado disposiciones realizadas por quienes iban a profesar como monjas, con el fin de dejar ordenados sus asuntos personales y familiares antes de entrar en el convento. Es el caso de la donación efectuada por doña Josefa Gumiel, que decidió profesar como Clarisa tras quedar viuda de don José Miralles Siuri, marqués de Carrús:
En el nombre de Dios todopoderoso, que vive y reina en paz sin principio ni fin. Bien sépase por esta pública escritura como yo, doña Josepha Gumiel, viuda de don Joseph Miralles, y Ziuri, marqués de Carrús, vezina de esta villa de Elche, atendiendo y considerando la inestabilidad de las cosas de este mundo, y que, por frágiles, naturalmente se aniquilan, que las miserias, y trabajos, o no logran premio, o si alguno por ellos se adquiere, se desvaneze fácilmente, permaneciendo sólo el de la virtud de los que dejando el amor de los bienes temporales, se emplean sólo en el servicio de Dios Nuestro Señor, cuyo camino tiene seguro paso en la religión, en donde privándose de su propia voluntad se trata sólo de la salvación; hallándome pues con ánimo de seguir este medio para escurarme de los mundanos peligros, he determinado de entrar por religiosa en el convento de Nuestra Señora de la Encarnación del orden de nuestro seráfico padre San Francisco de esta villa, y en efecto, haviendo obtenido licencia del muy reverendo padre fray Agustín Puche, actual probincial de dicha religión en este reyno, estoy próxima al cumplimiento de mi desseo; en esta attención, y por el mucho amor, y voluntad que tengo a doña Margarita Miralles, mi hija, mujer de don Antonio García, residente en la ciudad de Villena, y hallada al presente en esta villa, de mi libre voluntad, y sin haver sido apremiada por persona alguna, hago gracia, y donación pura, perfecta e irrevoca- ble, que el drecho llama inter vivos, a la dicha doña Margarita Miralles, mi hija,
112 AHME, Testamento de Antonio Valero de Berenguer, ante el notario Diego Mira, 07-09- 1747 (Sig. SHPN/824).
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