Page 70 - Las Clarisas en Elche
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Siglo xviii
En la argumentación ofrecida desde Elche se indicaba la relativa distancia entre el convento, donde habitualmente se vendían tales bizcochos, y la uni- versidad de San Juan, habitada fundamentalmente de braceros y agricultores, que solían enfermar con frecuencia. Esta circunstancia hacía dificultosa la adquisición y suministro de tales bizcochos por prescripción facultativa en determinados momentos, por ejemplo, en las horas nocturnas, cuando el con- vento estaba cerrado:
Que desde dicha universidad hasta el referido convento de religiosas, en don- de públicamente se venden los biscochos que fabrican, ay una dilatada distancia, que aún a las oras del día y cómodas, es penosa, y con maior razón si se principia desde los citios apellidados las Cuevas, Puerta de Taúllas, de la Rambla, y otro de la comprención de dicha universidad, que los narrados biscochos que fabrican las religiosas del ante dicho convento de Santa Clara son tan excelentes que para el sustento de los enfermos, y aún de aquellos que padecen enfermedad grave, los mismos médicos encargan su subministrasión, pues son los únicos y mejores que se fabrican en la clase de descubiertos o sin cubrir, y la experiencia manifiesta su suavidad, gusto y circunstancias, que hasen que los enfermos los apetescan y co- man por regla de los dichos médicos, y que de estas qualidades no sólo no se hallan en las casas de los cereros y confiteros de la villa, sí que estos jamás han sabido ni saben haserles tales, ni aún a algunas leguas al contorno de esta villa se halla quien sepa fabricarles, y por lo mismo muchas de las ciudades, villas y lugares de la in- mediación se provehen de ellos, ya para el mismo fin de los enfermos, y ya para el regalo de las gentes, y lo propio susede en el distrito de esta villa y universidad que unos y otros que pueden acuden a comprarles al mismo convento de las monjas, sin que haia llegado caso de que los tales sereros y confiteros de ella haian expuesto venales tales y tan buenos biscochos.124
Todo este proceso sobre la preparación de dulces y bizcochos por parte de las monjas ilicitanas, y la venta de los mismos en el propio monasterio, fue des- tacado por el investigador ilicitano Juan Gómez Brufal (1912-1982), quien veía en esta tarea tradicional de tanta fama, el origen de las numerosas pastelerías existentes hasta hace algunos años en la Glorieta de Elche y calles adyacentes.
Algunos años antes, en 1724, la propia comunidad de Clarisas había pre- sentado ya un memorial al Ayuntamiento que confirma la dedicación de las reli- giosas a labores de pastelería. Se quejaban las monjas de la presencia en la villa de colmenas de abejas que causaban graves molestias al acudir tales insectos al convento, llamadas por la miel y azúcar usados en la preparación de dulces:
El convento de monjas de Santa Clara, Diego y Ginés Llofriu, suplicantes, di- sen que por haver dentro de la población de la presente villa muchas colmenas de
124 Ibidem.
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