Page 73 - Las Clarisas en Elche

Señor llegó al santo monte Calvario hasta que pusieron su santísimo cuerpo en el sepulcro: se distribuye en diez y seis estaciones y se han de emplear seis horas en hacerlo, estando siempre arrodillada, en cruz, en pie o postrada.
Finalmente, trae el «Estímulo para despertar de su tibieza» (págs. 225-241), en el que pone algunos de sus principales propósitos y unas saetillas que debía repetir frecuentemente durante el día, basadas en textos tomados de la Sagrada Escritura, así del Nuevo como del Antiguo Testamento. Los pasajes escriturísticos son selec- tos y muy apropiados a la saetilla, pues ésta no es más que la paráfrasis del texto o, diremos mejor, un extracto, la esencia del inciso.
He aquí algunas de las principales:
Tan sólo ha de ser mi amor mi dulce Esposo y Señor.
Un objeto he de tener
y éste mi Dios ha de ser.
Sólo ha de ser mi cuidado el no perder a mi Amado.
Nunca a Dios más allegada que cuanto más despreciada.
Como Esposa de Jesús
mi gozo ha de ser su cruz.
Un fin ha de ser mi empeño que es agradar a mi Dueño.
Lograré siempre reposo
si espero sólo en mi Esposo.
En tiempo y eternidad la mía es tu voluntad.
Yo no deseo más vida
que estar a Vos siempre unida.
El Compendio de prácticas piadosas que, según hemos dicho, se conserva en el monasterio de Clarisas de Elche, lo tienen en gran veneración las religiosas, quie- nes practican con frecuencia las devociones que contiene y conservan viva la grata memoria de su venerable autora.129
129 Antonio MaRtíN, Apuntes bio-bibliográficos sobre los religiosos escritores, hijos de la provincia seráfica de Cartagena, desde su fundación hasta el presente (1520-1920), Murcia, Imp. Suc. de Nogués, 1920, p. 289-290. También citan a esta religiosa, en su reseña del convento ilicitano, Cayetano sáNchez FueRtes y María Fernanda pRada caMíN, Reseña histórica de los monasterios de Clarisas de España y Portugal (II), Hermanas Clarisas de España, Salamanca, 2012, p. 428-432.
Siglo xviii
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