Page 87 - Las Clarisas en Elche
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varios devotos para la obra de la enfermería», o «por una limosna para el órgano, del señor obispo», o «por dos limosnas graciosas para la obra del torno».155
Aunque se trata de entradas contables poco detalladas y que solamente aportan información económica muy concreta, en alguna ocasión vemos re- flejada en ellas la realidad del momento. Es el caso de la epidemia de fiebre amarilla que afectó gravemente a la población en 1811: «Manuela Mas por el alquiler de la casa del año 1811, que devió ser de 20 libras y por causa de haver muerto de la epidemia la dicha quedó únicamente 12 libras».156
Gastos
Para el funcionamiento cotidiano del convento el libro que más información aporta es, sin duda, el llamado Libro de gasto.157 En él se anotan los pagos de la comunidad que, como en el Libro de recibo anterior, también son firmados por el confesor de la comunidad, la abadesa, una madre, cuatro monjas discretas y una depositaria. Gracias a sus anotaciones podemos tener una idea bastante completa del día a día del monasterio.
Así, entre las partidas habituales están las destinadas a sufragar los alimentos de la comunidad, que en esta época debía estar formada, aproximadamente, por una docena de religiosas con derecho a voto.158 Los alimentos más consumidos eran carne de diferentes cualidades (se solían comprar algo más de cien libras -50 Kg.- mensuales, salvo en Cuaresma, en la cual descendía hasta unas ochenta libras), aves de corral (pollos, gallinas, pavas, palomas, etc.), «magra, tocino, morcillas y longanisas», pan, vino, nieve, huevos, fideos, trigo, pescado fresco y salado, espumas o bizcochos, leche, hortalizas, garbanzos, arroz, aceite, miel, almendras, ponciles (especie de limones de corteza muy gruesa), pimienta, cho- colate, fruta, turrón «de la O»,159 sal, azúcar, canela, azafrán, clavo, almidón, etc.
155 Idem, f. 150v, 160v i 164v, respectivamente.
156 Idem, f. 30.
157 AHN, Libro de gasto del convento de religiosas de Santa Clara de la villa de Elche, que
empezó el día 6 de julio del año 1824, en el que fue elegida abadesa la reverenda madre sor
María Rafaela Gutierres (1824-1836) (Sec. Clero-Secular-Regular, L/300).
158 Aunque no se indica el número concreto de monjas en ninguno de estos libros, en las actas para la elección de abadesa, que veremos a continuación, se señala que votaron once monjas en 1827,
y diez en 1830 i 1833, respectivamente, y que eran la mayoría de las religiosas del convento.
159 Dado que la compra del turrón se hace siempre en diciembre, es muy posible que de «la O» hiciera referencia a la Virgen de la O o de la Esperanza o Expectación de Nuestra Señora antes
del parto, festividad celebrada el 18 de diciembre, justamente ocho días antes de Navidad.
Siglo xix
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