Page 88 - Las Clarisas en Elche
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Siglo xix
Relacionados con los anteriores, destacan gastos para la preparación de los alimentos, leña y carbón, y para la compra y reparación de utensilios de cocina y limpieza: ollas, chocolatera, escobas, colchones, esteras, trébedes, papel de estraza, papel de agujas, «vidriado», sábanas, papel de escribir, libros de cuen- tas... Y un apartado importante estaba destinado a la sanidad de las religiosas: pago de iguala del médico, sangrador y cirujano y al boticario, por medicinas.
El mantenimiento del propio edificio conventual (torno, refectorio, enfer- mería, fachada y muros exteriores, etc.) y de las casas y otras propiedades de la comunidad aparece reflejado en las páginas de este libro de cuentas: jornales de carpinteros, albañiles y herreros, materiales (yeso, ladrillos, piedras, vigas, puertas y ventanas, cristales), etc. Entre los muebles y objetos comprados para el convento en estos años, destacan un reloj y una vidriera para el coro, una cor- tina «para la ventana del abadiado», «un dosel de damasco para el Santo Cristo del coro y otro de seda para el quarto de oficio», un «escaparate» para la Virgen de los Dolores, y una «vidriera» para la Virgen del Socorro. Estas dos últimas imágenes estaban también en el coro.
También se localizan gastos para viajes y correos pagados al padre provin- cial de la Orden, por el salario del procurador del convento, por la realización de documentos públicos relacionados con las propiedades de la comunidad, como copia de escrituras, poderes «para seguir pleyto», derechos de abogado, justiprecios, etc., y por pago de rentas de censales cargados, fundamentalmente de la iglesia de San Salvador, parroquia a la que pertenecía el convento, y de la contribución del subsidio del conde de Altamira y señor de Elche.160
Otros pagos hacen referencia a cuestiones relacionadas con el culto, la sa- cristía de la iglesia del convento y las fiestas a celebrar anualmente. Por ejem- plo, la limpieza de la ropa eclesiástica, confección de ornamentos litúrgicos (toallas, corporales, casullas, albas, cíngulos de seda, amitos, planetas para el terno negro, frontal de damasco rojo, etc.), cera, formas, un «cáliz de plata que a regalado la madre Rafaela», sacras, gallofas, el esterado de la iglesia y del coro, las bulas anuales, cordel para la campana, incienso, por «encuadernar la Calenda», una araña de cristal, una silla para el confesionario, etc. También por la compra de alpargatas y otras piezas de ropa para el padre confesor y para el lego o «hermano» que recogía las limosnas.
160 El subsidio o décima era el nombre de un impuesto sobre alquileres y tierras propiedad de la Iglesia, que Pío IV concedió a la monarquía española. A falta de una mayor profundización, en el caso del convento de Santa Clara debía pagarse este subsidio por las rentas anuales recibidas por el conde de Altamira sobre los censales.
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