Page 89 - Las Clarisas en Elche
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Un apartado importante estaba dedicado a las misas aplicadas a favor de la comunidad y a la organización de las festividades anuales, como las Cuarenta Horas (en tiempo de Carnaval), la Candelaria (2 de febrero), el sermón de la festividad de la Encarnación de Nuestro Señor, titular del convento (25 de mar- zo), los sermones de Cuaresma, el septenario de los Dolores de la Virgen (en la Semana de Pasión) o las palmas del Domingo de Ramos. Otros gastos de este capítulo se destinaban a reparaciones o restauraciones de objetos, imágenes u otros elementos: componer un misal, adobar altares y retablos, reparar el tene- brario para los santos oficios de la Semana Santa, repintar o «encarnar» algunas imágenes, com la del Santo Cristo o la de San Joaquín, construir un confesiona- rio o una celosía para el órgano o limpiar lámparas.
Finalmente, entre los pagos más ocasionales, hemos localizado la compra de un caballo para uso de la comunidad, seguramente como medio de transpor- te, que llevaba unido un mantenimiento anual (hierba, algarrobas, herraduras, etc.) Y también los gastos por el entierro de alguna religiosa difunta, los de las elecciones de priora y, sobre todo, el importante «agasajo» a la comunidad que, de manera extraordinaria, hacía la abadesa en el momento de acabar su trienio al frente del convento. También podemos encontrar anotaciones relacionadas con acontecimientos de carácter nacional o comarcal: «Por el reparto forzoso para la sanidad en el mal del cólera» (1834) o el pago en 1829 «al maestro de villa por reconocer el convento y casas», justamente después del importante terremoto sufrido por la ciudad, que ya hemos comentado.161
Por otro lado, en este mismo libro, cada priora hace un resumen trienal de to- das las entradas y salidas pecuniarias del convento, lo que nos permite conocer la saneada economía de la comunidad. Como ejemplo, se reproduce en el apéndice documental la «Relación de las cuentas generales de lo recibido y gastado desde el día 6 de julio de 1824 hasta el día 10 de agosto de 1827» (documento 9) que, como podemos comprobar, consta en primer lugar, de un resumen de los cobros y gastos en los tres años en que fue abadesa sor María Rafaela Gutierres.
También se especifica la renta anual del convento (unos 32.700 reales), las deu- das que tiene la comunidad por pagos pendientes de la contribución y censos, las deudas a favor del monasterio, las entradas por dotes de las monjas y su correspon- diente inversión162 y los estipendios de misas a celebrar en la iglesia del convento.163
161 AHN, Libro de gasto..., f. 125v i 58v, respectivamente.
162 Gracias al resumen de los años 1827-1830, más extenso en este apartado, sabemos que
la dote de sor Josefa Ramona Peres se invirtió en la compra de 64 tahúllas de tierra en las Saladas, la de sor Rosa Navarro, en 40 tahúllas en les Vallongues, y la de sor Socorro Pasqual, en una casa en la universidad de San Juan (Idem, f. 76v-77).
163 El resumen citado en la nota precedente especifica que, en total, se dijeron doblas cantadas
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