Page 92 - Las Clarisas en Elche
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Siglo xix
Clara manifestándole la necesidad de que se trasladen las religiosas al palacio que S. E. tiene en esta villa,169 o al exconvento de la Merced, el cual el Ayuntamiento dejará a disposición de la comunidad, hasta que el gobierno de S. M. resuelva lo que estime conveniente. 5o Caso de aceptarse por el diocesano este ofrecimiento, el señor alcalde ordenará que los maestros de la escuela superior y la elemental de Santa María que habitan en el referido ex convento se trasladen a casas particula- res, pagándose los alquileres de fondos municipales, a cuyo fin se comprenderán en la adición del presupuesto de mil ochocientos cincuenta y cuatro.170
En un informe remitido a la reina, según acuerdo de la Corporación tomado el 12 de diciembre, se destacaba también la actuación del gobernador de la pro- vincia, José María de Montalvo, que, desplazado a la villa el día 10 de diciem- bre, pudo comprobar los desastres de la inundación e incluso ser testigo del derrumbe de una de las viviendas de la calle dels Filadors, con la consecuencia fatal de la muerte de uno de los hijos de la familia que la habitaba:
no satisfecho el celo de aquella autoridad superior con dar frecuentes disposi- ciones para suavizar los males de este agoviado pueblo, se constituyó en él, prodigó mil consuelos a sus habitantes, tomó innumerables providencias para la seguridad de sus vecinos, coadyuvó al traslado de la religiosas de Santa Clara al ex convento de Mercenarios [sic], por hallarse ruinoso a causa de la tempestad el que siempre han ocupado, y tuvo el disgusto de ser testigo presencial de una catástrofe ocasio- nada al día siguiente de su llegada.171
El político ilicitano Emigdio Augusto Santamaría Martínez (1829-1882), a su vez, publicó en 1854 un extenso trabajo titulado Elche y la tempestad, en donde describe todas estas desgracias y los trabajos desarrollados para atender a los afectados. Al referirse a la trágica noche del 6 al 7 de diciembre, señala respecto al convento de las Clarisas:
El convento de monjas de Santa Clara no es respetado ni por el turbión, ni por las avenidas: los caños que conducen el agua a los pozos se han rebentado, y se ve inundado el dormitorio y varias celdas, y las tímidas religiosas han de subirse a las ventanas para no perecer: en su iglesia el agua ha subido a la altura de las mesas de los altares: la campana llama ausilio, pero se confunde con el rumor de la tempes- tad, los ayes y alaridos de la población entera [...]
El maestro titular alarife, don Vicente Penalva, es el primero que penetra en el convento de religiosas, por encima del hielo y con agua a la cintura, dictando sa- bias y oportunas medidas para dar salida al agua que penetra por la iglesia y demás puertas de la Corredera. Todo es pavor, todo es consternación...172
169 Se refiere a la actual casa abadía de Santa María.
170 AHME, Cabildo del 08-12-1853.
171 AHME, Cabildo del 12-12-1853 (P. IBaRRa, Compendio..., p. 30-34).
172 Emigdio A. saNtaMaRía, Elche y la tempestad. Triste memoria de los desastres que ocasionó
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