Page 94 - Las Clarisas en Elche
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Siglo xix
en triste consternación, hacen sonar la campana, implorando protección: viéndose por tal conflicto al estremo reducidas
de salir del claustro amado porque peligran sus vidas.174
En una carta sin firma recibida por Francisco Lidón el 13 de diciembre de 1853 y recogida por Pedro Ibarra en su colección Papeles curiosos, se describe la entrada de las religiosas en el convento de la Merced de la siguiente manera:
Las infelices monjas de Santa Clara, que milagrosamente se salvaron de entre las ruinas y las aguas, fueron trasladadas en compañía de aquella autoridad [el gober- nador civil], las demás de este pueblo y otras personas distinguidas, al convento de Nuestra Señora de la Merced, en cinco tartanas. Allí se recibieron entrando en la igle- sia por la puerta norte, cuyos altares se hallaban iluminados, y descubierto el camarín con la hermosa efigie de la Merced; y postradas en grupo sobre las gradas del altar, prorrumpieron en llanto muchas religiosas, y todas oraron con fervor, dando gracias a la Virgen, por haberlas salvado de tanta catástrofe y peligro que habían corrido.
Tranquilizadas algún tanto, dieron una buelta con toda la comitiva, por toda la iglesia; y por la puerta de la sacristía, se subieron a las piezas superiores del convento, y entrando en la celda de la abadesa y espacioso salón inmediato que debía servirles de dormitorio, allí fue la última despedida, en donde dicha prelada dio por sí y a nombre de toda la comunidad las mayores gracías al señor Montalvo y demás autoridades por los obsequios y atenciones, que las habían prodigado en sus angustiosas tribulaciones. Igualmente fue despedido todo el acompañamiento.
El señor gobernador de la provincia manifestó a la abadesa que en cualquiera necesidad, en cualquier conflicto en que se hallara el monasterio en lo sucesivo, que acudiera al mismo, pues le encontraría siempre propicio y pronto a favorecerla con el mayor celo y puntualidad, prometiéndola por último su protección. Dadas las gracias por las religiosas, se retiró la comitiva.
A consecuencia, se dieron las oportunas disposiciones para que sin levantar mano se procediera a la reparación y reforma de las obras del convento, y la co- munidad guardara con ellas una perfecta clausura en armonía con su instituto, y la debida comodidad de las religiosas.
174 Horrorosa tempestad en la villa de Elche. Verdadera y circunstanciada relación, en que se da cuenta de los grandes y horrorosos estragos que esperimentó la villa de Elche en la tremeda tempestad ocurrida en la noche del 6 al 7 de diciembre del pasado año 1853: y de los manifiestos y singulares favores con que su patrona la Virgen de la Aunción protegió a sus hijos en tan triste y afligida situación, Elche, Imp. J. Ibarra, 1854 (AHME, Tesoro histórico compilado por P. IBaRRa, vol. I, núm. 83). Vid. J. castaño gaRcía, «Tres impresos del segle xIx sobre la Mare de Déu d’Elx», Sóc per a Elig, 15 (2003), p. 21-32.
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