Page 26 - Con Olor a Hierro - Charo Martinez
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COLEGIOS
La calle donde me crie y viví mis primeros años estaba sin asfaltar. Mi madre y las demás vecinas salían por la tarde a regar las puertas de las casas con un cubo de agua y utilizando la mano como pala.
A los cinco años y después de pasar dos años en el cole de “cagones” que había en la calle Retor, fui al que llamaban “Colegio del Cura”, situado en la Plaza de Los Pontos. Una entrada grande daba a una única sala, donde Doña Clarita, una maestra enorme debido a su estatura, daba clase a niñas pequeñas, medianas y mayores. Las pequeñas se sentaban delante y las mayores detrás.
Nos daban Mapas de España dibujados en papel de barba, donde teníamos que contornear el mar con pintura Alpino de color azul, para luego difuminarla con un algodón, destacar el Reino de Valencia, que por su forma se parecía a una mujer con el culo hacia afuera, señalar en color marrón las partes montañosas y cruzar todo el mapa con los ríos más importantes.
Bordar también era esencial. Trapitos con puntillas, entredoses y cenefas con vainicas, que según estuvieran de mal o bien hechos, daban idea de la edad que tenía cada cual. Todo ello se guardaba para enseñárselo al temido “Inspector”, persona que nadie había visto nunca, pero que era como el “coco” de todas las alumnas.
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