Page 14 - Elche en guerra 1936-1939
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Elche, una ciudad en guerra (1936-1939)
la guerra civil puedan tener hoy los ilicitanos setenta años después de la finalización de la contienda. Cabe, pues, únicamente un mero ejercicio de imaginación desde el sentido común y, en todo caso, con la ayuda del centenar de testimonios recogidos y de un par de décadas dedicadas a la docencia de la Historia. Comencemos, pues, por clarificar el concepto de memoria histórica:
“(...) Las memorias individuales de quienes han vivido directamente un suceso determinado, al interrelacionarse con las de otros individuos con los que se comparte algún tipo de adscripción social o cultural, contribuyen a crear un relato compartido (memoria colectiva o social), que será transmitido a las generaciones venideras (memoria histórica)”.9
La profesora Paloma Aguilar distingue, por tanto, entre “memoria colectiva o social” como la de aquellos que vivieron un suceso determinado y “memoria histórica” la que conservan aquellos que no vivieron ese mismo suceso y a los que les ha llegado, por tanto, como “memoria prestada”. Como es fácil de entender, las memorias colectivas son tan abundantes como antagónicas (por poner varios ejemplos: la de las familias que padecieron de muy distinto grado la represión de guerra en una zona como la nuestra bajo control republicano; la de aquellas familias que padecieron la represión franquista; la de las familias del exilio; la de las familias de refugiados, etc.). Por ello mismo resulta absurdo pensar en que tengamos una única memoria histórica que, además, como la profesora Aguilar ha remarcado, se caracteriza también por ser absolutamente cambiante en el tiempo. Contemplado así, el concepto de memoria histórica como memoria prestada, se nos ocurre distinguir entre nosotros las siguientes:
A) Amnesia histórica o más bien simple desinterés
En el año 2008, para una inmensa mayoría de ilicitanos la guerra civil significa no mucho más que la guerra del Peloponeso: escasísimo conocimiento y no gran interés por el asunto. Ésta creemos que es la cruda realidad por más que algunos la sientan como muy triste. Por lo demás, el propio sistema educativo no lo pone precisamente fácil, empeñado como sigue en comenzar con el Paleolítico Inferior y llegar hasta donde se pueda, que no suele ser muy lejos en el tiempo. Incluso en nuestras facultades de Historia, y a pesar del avance indudable de la Historia Contemporánea, llama la atención todavía el muy limitado espacio que se concede
 AGUILAR, Paloma (2008), op. cit., pág. 62. Especialmente el primer capitulo titulado Acerca de
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la memoria, el aprendizaje y el olvido, págs. 29-93.

























































































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