Page 15 - Elche en guerra 1936-1939
P. 15

Introducción
al siglo XX o, menos aún, a la llamada Historia del Tiempo Presente, disciplina cada vez más frecuentada por los historiadores pero que aún no transita por nuestras aulas. Así, aunque resulte muy socorrido echar pestes sobre la amnesia de nuestros veinteañeros, lo cierto es que ni han podido aprender Historia Contemporánea en el aula, ni mucho menos en las televisiones que están en otras guerras, nada recomendables por otra parte. Quizás, algún comentario de los abuelos a los que se presta poca atención y, en el mejor de los casos, alguna película o novela y poco más. De manera que si a alguien se le ocurriera plantear en cualquier improvisada tertulia –o en el aula– preguntas tales como si la guerra fue necesaria, si fue inevitable o cualquier otra, el ponente se convertiría poco menos que en un extraterrestre. En general y desde nuestra experiencia en la docencia, la generación de los nietos y biznietos de la guerra civil muestra un muy escaso interés por aquellos años trágicos.10 En todo caso, puede quedar alguna dosis de memoria histórica si el interpelado cuenta con alguna experiencia familiar con ribetes de tragedia e, incluso así, es frecuente que la memoria prestada sea bastante limitada en los detalles. Dicho sea de otra manera, para muchos de nuestros jóvenes Francisco Franco interesa prácticamente lo mismo que el Mesolítico. Y esto también tiene su lado positivo, porque, al fin y al cabo, nuestros jóvenes han nacido en un país con una democracia consolidada, en el que en ocasiones hasta puede haber gobiernos de izquierda sin que se produzcan grandes sobresaltos (al menos no hemos escuchado en los últimos años invocaciones a la necesidad ineludible de un nuevo golpe de estado, que algo es algo).
10 Es verdad también que la llamada generación de los nietos es la que ha abierto un nuevo capítulo con respecto a la guerra civil y una muy pequeña parte de esa generación es la que está empeñada en abrir fosas y dignificar la memoria de los vencidos, lo que a nuestro entender es justo y necesario. Es más, pensamos que los esfuerzos de las asociaciones por la memoria permitirán que, en un futuro no muy lejano, pueda crearse una base de datos con todas las víctimas de la guerra y de la posguerra. Ojalá estén todos, los unos y los otros. Otra cosa es que se publiquen libros tan históricamente insostenibles como los que producen los revisionistas a los que hacíamos referencia. Desgraciadamente, también podemos hablar de libros inauditos desde la otra orilla. Un ejemplo muy reciente es el que se ha publicado en Valencia: FÒRUM PER LA MEMÒRIA DEL PAÍS VALENCIÀ (2008), El genocidio franquista en Valencia. Las fosas silenciadas del cementerio. Icaria, Barcelona. El libro incluye 26.300 personas enterradas en fosas comunes en el cementerio de Valencia entre el 1 de abril de 1939 y el 31 de diciembre de 1945. Nos parece un auténtico despropósito intentar reconvertir la miseria de aquellos años en represión y, menos aún, en genocidio. Sobre esta cuestión, preferimos recomendar la mejor investigación que conocemos sobre la represión franquista en Valencia, GABARDA CEBELLÁN, Vicent (2007), Els afusellaments al Paìs Valencià (1938-1956). Universitat de València, València.
15
   






























































































   13   14   15   16   17