Page 18 - Elche en guerra 1936-1939
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Elche, una ciudad en guerra (1936-1939)
realidad es algo menos romántica y bastante más terca. Hubo muchísimas personas honorables que fueron fusiladas por sus convicciones ideológicas sin que se les pudiera implicar en delitos de sangre, mientras otros, bastante menos honorables, acabaron pagando –al margen de que fueran juzgados por tribunales militares sin las más mínimas garantías jurídicas– el haberse convertido en criminales de guerra. En definitiva y al igual que pasó con los muertos de 1936, las víctimas de la represión responden a características bien diferentes. Aunque no vamos a entrar en esta cuestión, incluso el propio concepto de víctima está también por resolver, al menos en lo que a la guerra civil se refiere. A estos hooligans de la izquierda también habría que pedirles que hicieran algún esfuerzo intelectual por repensar el pasado. Permítasenos al respecto una cita de Gabriele Ranzato, un hispanista italiano al que merece la pena leer:
“(...) Ni los brigadistas fueron unos demócratas como hoy los entendemos, ni la República –sobre todo durante la guerra civil– fue un sistema democrático como el de la actual España constitucional. Si la izquierda democrática quiere hacer las paces –pero ¿lo quiere?– con su pasado no debe negar esta realidad, sino aceptarla sin ambigüedades. Esta aceptación es útil para la pacificación porque, como muestra también el proyecto de ley que hemos examinado, cuando se reclama ‘memoria’ en realidad se reclama ‘justicia’. Y la necesidad de justicia no está destinada, en cualquier caso, a ser satisfecha hasta el fondo, porque la injusticia más grave, la impunidad del régimen franquista, ya se ha consumado irremediablemente. Tanto da entonces paliar el sentimiento de frustración que esto provoca no sólo reparando lo reparable, como trata de hacer la ley del gobierno Zapatero, sino también redimensionando el alcance total de la injusticia padecida, porque los males producidos a España y a los españoles por el régimen franquista fueron también consecuencia del hecho de que muchos republicanos quisieron defenderse del fascismo abandonando el camino de la democracia”.14
Y, si se nos permite el añadido, no sólo se abandonó el camino de la democracia para luchar contra el fascismo, lo que resulta explicable por un contexto político nacional e internacional polarizado al máximo, sino que, y esto es mucho más grave, el Partido Comunista, la CNT, la UGT y el PSOE –en este aspecto como en muchos otros la guerra es diferente en cada lugar porque el papel fundamental lo juegan los dirigentes locales–, contaron con militantes con nombres y apellidos que asesinaron brutalmente de la misma manera que los golpistas lo hicieron –y se
14 RANZATO, Gabriele (2007), El pasado de bronce. La herencia de la guerra civil en la España democrática. Destino, Barcelona, págs. 194-195.