Page 218 - Elche en guerra 1936-1939
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Elche, una ciudad en guerra (1936-1939)
que el hijo de un secretario de la CNT, un tal Horacio, escribió un libro titulado Los anarquistas y el poder. Viene a decir que si los anarquistas rechazan el poder, otros lo recogerán. Si te haces con el poder estás contradiciendo lo que tú defiendes, con lo que se llega a una contradicción sin salida.
Creo que en Elche, en general, los cenetistas no votaban. En febrero de 1936 no lo sé, porque yo tenía entonces 15 años. El problema es que el espontaneismo domi- naba la estrategia de la CNT y esto sirve en algún momento pero nada más. Igual que la figura del patrono y del obrero oprimido. Eso ya no existe o al menos aquí. Yo no soy capitalista, pero si tengo una cuenta en el banco, de manera indirecta ya lo soy. Por eso a los sindicatos se afilia poca gente, porque no hace falta estar afiliado para que se revise el convenio y no se excluye a nadie por no estar afiliado. Con los par- tidos pasa igual, que el poder de decisión lo tienen unas cuantas personas de buena fe y otras muchas que van a lo suyo. Lo demás queda para tertulias y bares. Nadie se compromete.
Recuerdo que me afilié a la CNT en mayo de 1936. Entonces tenía un local en la plaza de España, donde está ahora el Sagrado Corazón y luego se trasladó, cuando vino la guerra, a la calle Tomás Meabe que ahora es la calle Aspe. Cuando ya em- pecé a frecuentar aquello como militante se organizaron las Juventudes Libertarias que habían funcionado antes pero que habían desaparecido. El primer cargo que tuve fue el de secretario de las JJLL y así me sorprendió la guerra. En la CNT, Joaquín Lozano Charco era la personalidad teórica del anarquismo ilicitano. Luego supe que
218 era también masón. Había otro que le llamaban Vicentet el dels bombes, porque lo arreglaba todo poniendo bombas. Otro aspecto del anarquismo era el que había gente que se planteaba las cosas no como los salvajes de ETA pero sí desde la acción directa y personal. En Elche estaba el núcleo de los Palmiros y de los que giraban alrededor de ellos. Con la FAI lo que pasó es que no teníamos organización. Nos juntábamos cuatro y formábamos un grupo anarquista, coordinado o sin coordinar. Yo pertenecí a la FAI en guerra a última hora. Pero la FAI nunca fue una organización bien definida a pesar de estar en Ayuntamientos y otros organismos. La CNT sí pero la FAI no. En un permiso que vine a Elche me afilié a la FAI y me dieron un carné de la Agrupación de Elche. Un remedo de partido político.
Palmiro, aunque no tuviera un bagaje teórico, siguió la tradición de su familia, los Galiano, que parece fueron los primeros en Elche. Siguió por inercia la tradición familiar, igual que me pasó a mí. Ni eliges, ni analizas sino que por la cosa sentimental te consideras de la CNT, aunque no exista. Recuerdo también en Elche a Domingo Germinal. Llegó al local de la CNT en la antigua Lonja. Se le acogió y daba conferen- cias. Creo que era centroamericano y se le acogió como a un apóstol. Murió antes de la guerra pero se le dio un prestigio que hoy no me explico mucho. También estuvo un chico de Guatemala que daba clases por la noche, porque cualquiera que llegara era acogido. El ambiente solidario de nuestros medios era bastante elevado, incluso después de la guerra. Se dio el caso de uno de Alcoy que se dedicó a vivir del cuento en casas de libertarios a los que había conocido en la cárcel.
 




























































































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