Page 237 - Elche en guerra 1936-1939
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Los discursos políticos
Vamos a la expropiación colectiva, a que la tierra sea de todos y de ninguno, las fábricas, y los útiles de trabajo para el servicio de la colectividad, así como toda la pro- ducción.
Tenemos que terminar con el patrono, con el rico, con el burgués, todos debemos ser iguales, es decir productores hermanos, con los mismos deberes y derechos. No debemos continuar un minuto más viviendo en régimen burgués. Tenemos que acabar de una vez para siempre con la inicua explotación del hombre por el hombre, debemos ya de terminar con todos los tiranos y vivir nuestra libertad.
Consumir sí, todos de todo lo que produce la madre naturaleza, pero también pro- ducir, trabajar en algo útil y necesario a la colectividad. Se acabó el ‘señoritismo’, el que quiera comer tendrá que trabajar, al obrero tendremos que decirle que despierte, que se rebele, y al burgués que se moralice que no sea vampiro de sus hermanos, que trabaje y produzca. Por eso queremos la expropiación colectiva, la desaparición del dinero.
Queremos terminar con la ignorancia de los de arriba, y de los de abajo, con la pros- titución, con las religiones castradoras, con los ídolos y dioses de piedra y de madera, con todos los mitos.
Hemos de aplastar definitivamente esa fatídica trilogía del ‘Estado, religión y milita- rismo’, que son las raíces donde se alimenta el fascismo criminal y asesino.
Queremos terminar con el hambre y la miseria y por esto queremos hacer la revolu- ción, no de palabra sino con las armas en la mano.
Por eso ansiamos un mundo nuevo donde la fraternidad, el amor, o el cariño, sean los
cimientos de este mundo que nace entre ríos de sangre. 237
Por eso deseábamos se constituyese el Consejo Nacional de Defensa para dar estruc- tura orgánica a la nueva sociedad que nace entre sangre, dolor y lágrimas, para que España dueña de sus destinos organice la nueva vida, basada en la equidad y la justicia.
Queremos pan y Ciencia para todos, que desaparezca ese ejército de analfabetos que deshonra a España, queremos que nuestros hijos puedan recibir la educación y la cultura que necesitan.
Queremos libertad, que es la esencia de la vida, sin libertad el hombre es un guiñapo, una cosa, un autómata sin dignidad y sin personalidad propia.
Por eso deseamos el comunismo libertario, o sea una sociedad libre de productores libres, sin políticos, sin mercenarios, sin curas, sin guardias, sin farsantes y sin vividores.
Una sociedad, en la cual todos tengamos la existencia asegurada, en la cual tengamos más producción que consumo, para que nademos en la abundancia, para poder tener todas nuestras necesidades satisfechas. Y queremos libertad, para desarrollar nuestras activida- des sin trabas, ni obstáculos, hacia el progreso hacia el bienestar.
La revolución es eso, transformar profundamente los cimientos de las sociedades, desapareciendo instituciones, privilegios y jerarquías e instaurando nuevas modalidades de convivencia humana.
¿Nuestro programa? Pues ese, barrer esta caduca sociedad, llena de crímenes y de vergüenza e instaurar una sociedad nueva donde no haya ‘tuyo ni mío’ y seamos todos productores, bondadosos e iguales”.
  


















































































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