Page 304 - Elche en guerra 1936-1939
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Elche, una ciudad en guerra (1936-1939)
Es decir, ajuste de cuentas respecto a quienes habían avivado la represión en el plano local desde 1934, ajuste económico con relación a los despedidos, calificativo de “asesinos” sin más a los rivales políticos, regodeo ante la marcha de la ciudad de los que más batalla habían planteado y una sola apuesta de futuro coincidente con los planteamientos en aquel momento de Largo Caballero : la alianza con el Partido Comunista aunque no se quisiera decir de forma tan explícita.
En el mes de marzo y con el problema del paro obrero como principal amenaza, el Ayuntamiento nombró con carácter accidental 18 empleados municipales y 10 guardias municipales que habían sido cesados durante el mandato de la Comisión Gestora. Volvían entonces hombres bien conocidos por su militancia política como los socialistas José Vives Vives y su hijo Juan Vives García, los republicanos Nazario González Monteagudo y Juan Selva Lucas o el comunista Vicente Alcalde Butler. Desde Alicante, el gobernador civil Valdés Casas ordenaba la vigilancia de templos y edificios públicos y, al tiempo, prohibía la celebración de la Semana Santa (tal prohibición resulta casi una anécdota porque para entonces no quedaban ya ni iglesias, ni imágenes, ni católicos practicantes con fuerzas para reclamar nada). El semanario socialista seguía entonces dos líneas paralelas: el cumplimiento estricto de la nueva legislación aprobada a partir de la victoria del Frente Popular y planteamientos para el futuro en los que se empezaba a defender al Partido Socialista como un partido unido con una orientación bolchevique. Dos muestras en el mes de marzo. El Obrero dio generosa acogida a un mitin celebrado por el PCE en la Plaza de Toros el 8 de ese mes. Intervinieron Carmen Juan Mas, Pascual Torres, Vicente Alcalde y Rafael Millá Santos. Tal como lo cuenta el semanario socialista fue más bien un mitin del Frente Popular por las banderas de la UGT, Grupo Femenino Socialista y Juventud Socialista. El mensaje fundamental podría resumirse con las palabras del líder local del PCE, Pascual Torres Aznar: que no se tenga miedo a la revolución y que la pequeña burguesía se incorpore a ella y para mayor aclaración puso ejemplos históricos como los de Espartaco o Dantón, cuya relación con la España de 1936 no eran lo que se dice muy aprovechables. El semanario concluía la crónica comentando una “jornada proletaria sin el menor incidente y dentro del ambiente revolucionario de la clase trabajadora ilicitana”. El segundo ejemplo lo puso de manifiesto Leoncio Pérez, en representación de la Federación Nacional de las Juventudes Socialistas, en un mitin –“grandioso acto de afirmación juvenil marxista”–, celebrado en el teatro Llorente el 24 de marzo por la Juventud Socialista, a la que le quedaba muy poco tiempo para la unificación con la Juventud Comunista:
“Hay que radicalizar el Partido Socialista antes que republicanizarlo”.