Page 308 - Elche en guerra 1936-1939
P. 308
308
Elche, una ciudad en guerra (1936-1939)
1931 que había mejorado extraordinariamente las condiciones de los trabajadores y con respecto al entierro final del feudalismo no deja de ser una muestra de marxismo más bien simplón. Repárese también en cómo se responsabiliza a la pequeña burguesía de su incapacidad para hacer posible una “revolución democrática”, como si ambas cosas fueran posibles a la vez. Por eso cuando hoy desde un cierto romanticismo se dice que a un lado estaban los fascistas totalitarios y al otro los demócratas, el paisaje político resultante no resulta convincente. No había dos Españas sino algunas más y una de las más débiles, en el preámbulo de la guerra, era la que defendía un sistema democrático tal y como hoy lo contemplamos. Si ahora, aprendiendo de nuestro pasado, lo defendemos la inmensa mayoría, entonces eran valores de una exigua minoría. Y el contexto europeo en el que la política española no era sino una muestra más facilitaba la exclusión, el desprecio y la consideración de la democracia como una especie de estupidez pequeño-burguesa que no merecía la pena ser defendida. Así nos fue a todos.
A principios del mes de abril, el semanario El Obrero publicó una lista en la que aparecían todos los hombres que fueron nombrados tanto por Juan Sansano Ibarra como por Joaquín Santo para contribuir, con métodos violentos según el semanario, a la derrota del Frente Popular en las elecciones de febrero. Se habla de pistolas Star, de porras de plomo y de cómo la JAP fue la encargada de crear un ambiente hostil para los votantes de izquierda. Lo que en este caso nos interesa destacar es que El Obrero identificaba con sus nombres, apellidos y apodos a 62 militantes de la derecha, incluyendo tanto a la Derecha Ilicitana como al Partido Radical. De esos 62 que aparecen en la lista, 11 serían paseados una vez iniciada la guerra, otros seis murieron en los frentes de guerra –en algunos casos también asesinados– y el resto salvaron la vida por puro azar, por haberse escondido a tiempo o por cualquier otra circunstancia, pero la vida de todos ellos estaba seriamente amenazada a partir del 18 de julio de 1936.137 Desde el Congreso, Ginés Ganga contaba en sus Jornadas Parlamentarias la “repugnancia cada vez más acentuada por la democracia burguesa”, a cuenta de la retirada de los diputados de las Derechas por la anulación de las actas electorales de Granada. En ese número del 5 de abril el diputado ilicitano comentaba además que:
137 El Obrero, 5 de abril de 1936, n. 498. Algunos de los hombres que aparecen en la lista serían protagonistas políticos de la posguerra. En algún caso, como nuevos señores de la guerra, en este caso, de la victoria. Y lo peor es que la hicieron valer a cuenta de más barbaridades. Algunas de las personas que aparecieron citadas trataron de desmarcarse explicando que estuvieron en mesas electorales por cargos oficiales y no al servicio de ningún partido. Ver el artículo sin firma “El asunto de los pistoleros”, de El Obrero, 12 de abril de 1936, n. 499.