Page 330 - Elche en guerra 1936-1939
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Elche, una ciudad en guerra (1936-1939)
las armerías locales, sobre todo escopetas de caza para las que hubo que fabricar munición de plomo. Igualmente, se pidió a los campesinos que entregaran las escopetas de caza que poseyeran. Se puso de manifiesto también que el control de los ciudadanos armados pasó a depender de las llamadas Milicias Populares Antifascistas en las que tuvo un papel importante el militante socialista Manuel Arabid Cantós. Dichas milicias tuvieron su sede junto a la basílica de Santa María, en el edificio que en la calle José Revenga ocupó hasta entonces el Registro de la Propiedad. El propio Arabid Cantós nos relató cómo se constituyeron:
“(...) Las milicias en Elche se crearon como consecuencia de un mandato so- cialista: una ‘policía cívica’ que recogía armas que tenía la gente de derechas, que controlaba las carreteras y los puestos de vigilancia. Así empezó el Consejo Local de Milicias con un miembro por cada una de las fuerzas del Frente Popular. El presidente era yo. Se formó cinco días después de iniciada la guerra. Las armas –más de un cen- tenar– se fueron dejando en el Ayuntamiento y éste fue el armazón que por la guerra el Ayuntamiento consideró que debía crearse. Ni la Guardia de Asalto ni la Guardia Civil nos merecían confianza aunque luego se incorporaron. Este Consejo de Mili- cias instruyó militarmente a todos sus miembros. Su cuartel general estaba en lo que hoy es la Mutua Ilicitana. Unos 700 u 800 hombres y unas pocas mujeres como Rita García en alimentación. Nos dedicábamos todas las tardes a ir a un campo de fútbol donde se formaban secciones, compañías y se hacían ejercicios de tipo militar. Marcar el paso, ordenanzas... Yo había sido cabo primero y tenía algunas nociones. Armando, que trabajaba en el juzgado, hacía de jefe militar. Cuando Manuel Rodríguez Martínez se fue de gobernador civil a Castellón, el alcalde Juan Hernández Rizo dijo que toda aquella gente no hacía falta y que donde debía estar era en los frentes. Automática- mente lo que eran milicias se convirtieron en unidad militar. Hernández Rizo ofreció a Madrid este batallón y de allí vinieron unos oficiales –una sección del batallón de Emilio Carpintero– para instruirnos. A últimos de septiembre salimos en torno a un millar y estuvimos tres días en Villena (...)”.166
El Obrero explicó además, el 2 de agosto, la misión de cada una de las comisiones apuntadas. La de Abastecimientos se encargó de “requisar todos los víveres existentes en la Ciudad (...) impidiendo el aumento de los precios en todos los artículos y controlando en todo momento las ventas”. La Comisión Política, en teoría la más importante, para “apreciar el momento político en todas sus fases, para ir ordenando todos los trabajos”. La Comisión de Armamento se hizo cargo de todas las armas incautadas, de la fabricación de munición y de su reparto. La
166 Testimonio de Manuel Arabid Cantós, 19 de abril de 1986.