Page 341 - Elche en guerra 1936-1939
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Los discursos políticos
eficaz que, insistimos, vino de la mano del PSOE y del alcalde Manuel Rodríguez y no tanto de la UGT, como hubiera sido más lógico.
Volviendo al papel personal del alcalde Manuel Rodríguez, el 29 de septiembre de 1936 la UGT y la Agrupación Socialista convocaban a los ilicitanos para que se alistaran en la llamada Columna Lenin, sin que sepamos si la idea fue del propio Rodríguez. Suponemos que habría sus más y sus menos –el PCE encantado y la CNT escandalizada–, de manera que, un mes más tarde, salía un contingente formado por 1.037 milicianos ilicitanos junto a otros 150 –madrileños que llegaron a la ciudad con los cuadros de mando designados por el Ministerio de la Guerra– enrolados en el Batallón Elche. El cambio del nombre lo explicaba el semanario El Obrero “no por desatención hacia el héroe de la Revolución rusa, sino para que el nombre de Elche sonara en todas partes como siempre ha ocurrido, con admiración y acicate para otros pueblos”.179 El propio alcalde dirigió unas palabras de despedida a los miembros del Batallón el jueves 22 de octubre de 1936 a las tres de la tarde. Según el semanario socialista hubo una despedida multitudinaria desde la plaza de la República hasta la estación del ferrocarril. La Agrupación Socialista publicó una hoja invitando a los ciudadanos a la despedida y también la CNT-FAI-JJLL hizo lo mismo. El PCE o no se sumó o no se dio a conocer su saluda.
A lo largo del mes de octubre de 1936 Manuel Rodríguez dedicó sus esfuerzos a proseguir con los proyectos municipales anunciados. Se fijó el presupuesto para el matadero municipal por un importe de 380.877 pesetas para lo que se solicitó un préstamo de 400.000 pesetas al Instituto Nacional de Previsión, previa expropiación de una finca de 13.000 metros cuadrados de los herederos de Mariana Bru, al igual que un solar de Ramón Falcó Antón –que después de la guerra daría lugar a la Casa Falcó– destinado a un nuevo edificio de Correos y Telégrafos. Proyectos todos ellos no sólo inviables por las circunstancias sino muy pronto olvidados. El último asunto del que se ocupó Manuel Rodríguez fue dictar un bando dirigido a ”todos los comerciantes de beber, comer y arder y al vecindario en general”. En él se establecía que por la Ley de Descanso Dominical quedarían cerrados a partir del domingo 25 de octubre “los establecimientos dedicados a comer y beber”, mientras que los sábados cerrarían una hora más tarde. Además, aquellos establecimientos que vendieran bebidas podrían abrir los domingos sin que el público pudiera ver los artículos de comer o arder. El bando terminaba con el anuncio de sanciones máximas para quienes no lo cumplieran así como el deseo de la alcaldía de no verse en la necesidad de aplicar tales sanciones.
179 La crónica de la partida del Batallón Elche en El Obrero, 25 de octubre de 1936, n. 526.
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