Page 342 - Elche en guerra 1936-1939
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Elche, una ciudad en guerra (1936-1939)
El 25 de octubre de 1936 El Obrero anunciaba el nombramiento de Manuel Rodríguez como nuevo gobernador civil de Castellón. El semanario recalcaba de paso su nombramiento no sólo por parte del Gobierno de Largo Caballero sino del Partido Socialista:
“(...) Elche sabe bien lo que debe al camarada Manuel Rodríguez. Por este mis- mo motivo, le verá partir para Castellón, orgulloso de que uno de sus hijos, de sus me- jores hijos, vaya a rendir a aquella provincia todo el magnífico trabajo que sabe y está dispuesto a ofrecer a dicha provincia en nombre del Gobierno y del Partido Socialista que lo ha designado. EL OBRERO se felicita al conocer este nombramiento, recaido (sic) en quien durante tantos y tantos años ha sido su director. ¡Salud, camarada Ro- dríguez! ¡Elche te seguirá con el pensamiento durante tu estancia en Castellón!”.180
Ya desde Castellón, el 15 de noviembre Manuel Rodríguez era entrevistado por El Obrero. El nuevo gobernador se refería a la provincia que ahora dirigía y, en general, comentaba el que consideraba principal problema: “la falta absoluta de unidad de acción de las fuerzas antifascistas, así como la falta de un organismo que controle las diversas actividades”. Mencionaba también al problema de la aceptación de militantes por parte de las organizaciones políticas y sindicales, aunque en el fondo se estaba refiriendo al propio PCE: “Solamente noto un error: El afán desmedido de acumular afiliados, sin poner un tamiz muy tupido para que en la organización obrera no se filtren elementos que siempre han merodeado en los partidos de derecha, los cuales, por no sentir la noble causa de los trabajadores, se entregan a excesos que, aparte del desdoro que producen, perjudican enormemente los intereses generales de la clase trabajadora (...)”. Además de citar a sus dos hijos en el frente de guerra, Clara y Roberto Rodríguez, Manuel Rodríguez hacía el siguiente razonamiento:
“(...) Rusia ha podido asombrar al mundo con su revolución porque aparte de la capacidad de sacrificio que ha desarrollado para llevar a cabo su cometido, ha contado con un Partido único. Si en España solo existiera una organización, no habría afán de tener muchos militantes y se evitarían infiltraciones peligrosas. De momento, yo creo capaces de afrontar estos problemas a los hombres de la organización de antes del 16 de Febrero. A los que siempre han combatido por un ideal y han arrostrado todas las
180 El Obrero, 25 de octubre de 1936, n. 526. En el número siguiente, 1 de noviembre de 1936, Manuel Rodríguez se despedía de la ciudad, citando tanto a UGT y CNT como a los “Partidos republicanos y elementos que luchan contra los que se han rebelado contra el pueblo” (sin mención expresa, pues, al PCE). Citaba además dos objetivos: acabar con los rebeldes y sus cómplices y “edificar una nueva Sociedad, libre de egoísmos, una Sociedad donde el trabajador disfrute de todos los beneficios y placeres que la vida otorga”.