Page 370 - Elche en guerra 1936-1939
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Elche, una ciudad en guerra (1936-1939)
una de las dos organizaciones políticas. Y así fue: el candidato socialista Vicente Maciá Antón obtuvo 3.401 votos mientras que el candidato comunista y hombre fuerte del partido en Elche, Pascual Torres Aznar, recibió 950 votos. Esa y no otra era la fuerza real de ambos partidos en la ciudad.
En definitiva, nos parece que Francisco García Alberola fue un alcalde por accidente, con demasiados años encima para hacer frente a una situación local bastante calamitosa y de pura debacle moral. Cumplió con su papel hasta el final de la guerra y presidió el que sería el último pleno del Consejo Municipal, el 22 de marzo de 1939. Sólo seis días después marcharía junto a muchos de sus compañeros en el Stanbrook rumbo a Orán. Su muerte tendría lugar en el exilio.
El Partido Socialista y sus consejeros
¿Cuál fue el crecimiento de la Agrupación Socialista durante la guerra civil? Ya hemos comentado en páginas anteriores que en las asambleas del partido anteriores al golpe de estado participaron de forma activa 180 militantes varones y 31 mujeres y, por tanto, resulta creíble que la militancia real fuera algo mayor tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, que en febrero de 1938, tal como afirmaba la Federación Provincial Socialista, la Agrupación Socialista ilicitana contara con 900 militantes varones y con 300 mujeres encuadradas en el Grupo Femenino Socialista, nos parecen cifras demasiado optimistas, aun teniendo en cuenta que fue el tiempo más propicio para militar, tanto por los que marchaban a los frentes de guerra como para los que quedaban en la retaguardia –incluidos evacuados- para los que el carné significaba un seguro de vida. En cualquier caso, podemos pensar en un partido descabezado en la medida en que buena parte de sus hombres más importantes o estaban en los frentes de guerra –Antonio Asencio Lozano, Manuel Arabid Cantós– u ocupaban cargos relevantes fuera de la ciudad –Manuel Rodríguez Martínez, Ginés Ganga Tremiño, Antonio Cañizares Penalva–. Tales circunstancias obligaron también a los socialistas a un continuo baile de nombres y cargos en la retaguardia.
Comenzando por las mujeres, de los 23 socialistas que ocuparon cargos en el Ayuntamiento –ocho puestos incluyendo la alcaldía durante toda la guerra–, tan sólo dos mujeres se convirtieron en consejeras municipales: Rita García Agulló y Francisca Vázquez Gonzálvez. No es mucho ni permite pensar en términos como paridad, pero supuso un cambio histórico sin precedentes en el partido. Las dos, como veremos, tuvieron además un papel muy activo dentro del Consejo Municipal. Sin embargo, lo más llamativo es que el Grupo Femenino Socialista decidiera su autodisolución el 29 de mayo de 1938 y, en consecuencia, su reintegración en la Agrupación Socialista ilicitana. Es difícil de entender si pensamos en que hubiera detrás nada menos que 300 mujeres militando. Probablemente, el grupo de mujeres