Page 374 - Elche en guerra 1936-1939
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Elche, una ciudad en guerra (1936-1939)
Yo dije que no, que primero se sacaran los de las casas de los más pudientes y que se les dejara lo justo, pero que se hiciera en las casas donde sobraran. En otra ocasión se dijo que no se dejara comida para los pobres e intervine para pedir que se hicieran registros, que se dejara lo justo y que el resto se entregara a los hospitales. Pero el Frente Popular funcionó mal y con demasiada juventud. Recuerdo también que Julio María López Orozco hizo una gestión para sacar de la cárcel a Joaquín Lucerga y el Frente Popular dijo que no, que no se sacaba a nadie.
Estuve en el frente junto a mi marido. En octubre de 1936 recuerdo que estábamos en un parapeto con una ametralladora y estaba conmigo Héctor Mora Porcel que me dijo que iban a por él porque había cobrado las 300 pesetas del mes. Al poco le destrozaron la cabeza y cayó en mis brazos. También murió Pascual Pomares Lérida por un mortero que le destrozó. Los enterraron a los dos juntos.
A la vuelta junto a la Casa del Pueblo se montó una oficina para mandar paquetes al frente y recibir nuevos voluntarios. Un día fue a apuntarse Mario Pastor Sempere y me dijo a mí que le apuntara. Le contesté que no, que se fuera a su casa y que esperara a que lo llamaran por su quinta. Pero alguien debió apuntarle y mi marido dijo en un permiso que estaba allí en el frente. Lo mataron como consecuencia de que se pasara al otro bando Gasparín. Su padre, que ya estaba enfermo de cáncer, vino a verme con Arabid y yo le dije que no hacía falta que viniera con nadie.
A Rita García la mandaron a abastos y yo la sustituí en el Hospital de Sangre n. 2, sin dejar la actividad en UGT. Cuando militarizaron el hospital me hicieron suboficial pero no llegué a cobrar.
Estuve también en Auxilio Familiar sustituyendo a Francisco Rico cuando se fue al frente. Me convenció él y debió convencer también al partido. Le dije que la gente que había allí me parecía de derechas pero él me contestó que era gente que trabajaba muy bien. Tuve como secretaria a Eulalia Blanco Palomar que fue mi mano derecha. Era un evacuada de Extremadura. En Auxilio Familiar debía haber unas 20 personas. Una cosa que me ocurrió en Auxilio Familiar es que había un membrete con mi firma y se utilizó para enviar cartas amenazando con considerar como desafectos a la gente que no contribuyera con Auxilio Familiar. Rompí esa carta e hicimos otra pidiendo a la gente que ayudara. Se pagaba según la situación de cada uno pero hubo muchos incidentes con personas que decían que no podían pagar. Recuerdo casos como el de un director de banco que se enfrentó con el presidente de Auxilio Familiar, Pedro Sánchez Barberá, conocido como Pere Fesé por no querer pagar. En otra ocasión, se hizo un registro a una persona que decía no tener nada y se le encontró plata y dinero en cantidad. En Auxilio Familiar sí trabajé cuanto pude porque las cuotas que se ponían no se podían pagar. Los días de pago se organizaban escándalos entre obreras antifascistas y gente a la que se consideraba de derechas, por lo que hubo que buscar días de pago diferentes.
Nueve meses antes del final de la guerra trabajé en Ripoll como delegada y tuve acceso a la caja fuerte por lo que después de la guerra me acusaron de haberme llevado las joyas de la familia. Allí me encontré con D. Agustín González Periañez que era republicano