Page 398 - Elche en guerra 1936-1939
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Elche, una ciudad en guerra (1936-1939)
Tiemblen los traidores. El pueblo será inexorable en su justicia, fulminante en sus ejecuciones”.222
El editorial del semanario del 2 de agosto de 1936 recoge perfectamente la moral de victoria que el fracaso inicial del golpe de estado produjo. Se da además una curiosa definición del fascismo como “última expresión del capitalismo decadente”:
“España es... España
(...) No pasaron en Octubre, no pasaron en Febrero, ni han pasado ahora en Julio (...) España vuelve a ser señera y ejemplar en el mundo. Mirándose en su ejemplo, muchos de los países hoy temblando bajo la amenaza de la garra fascista, pueden vislumbrar el camino de la salvación (...). Dura ha sido la lucha desencadena el 20 de julio. Fieles a su tradición monárquica (en España monarquía es sinónimo de pillaje y de pocos escrúpulos) unos militares a quienes la República tenía encomendada la tranquilidad y la paz del Marruecos español, han hecho uso de las mismas armas que el Estado les entregó en custodia para garantizarnos esa tranquilidad, volviéndolas contra sus mismos compatriotas (...). Rubricada con la sangre de sus héroes, el pro- letariado ha pactado los términos de su unión efectiva. Para luchar por la consecución de sus apetencias reivindicativas y para oponerse al avance del fascismo. España no consentirá que la última expresión del capitalismo decadente se enraíce en nuestro suelo. Nosotros sabíamos muy bien cómo se había de luchar para contener los avances del fascismo. Como lo pronosticamos hemos luchado. Aquí el fascismo no pasará. España no es Alemania, ni Austria, ni Italia. España es... España”.223
Algunos de los sueltos publicados en este mismo número del 2 de agosto de 1936 nos permite también ver la percepción del enemigo como una amalgama de curas, militares y fascistas emboscados:
“El Obispo de Sigüenza tenía en su caja de caudales un millón trescientas mil pesetas; en Barcelona fue detenido un cura al que se le encontraron un millón quinien- tas mil pesetas. Como se ve, los pobrecitos padres no pueden sustraerse al influjo de los siete pecados capitales. Además de asesinos son ladrones”.
“El Comité faccioso de Palma de Mallorca estaba integrado por el Obispo, doce frailes, unos curas y unos militares. Para completar la vieja trinidad española, en ese Comité faltaban sólo los toreros. Estos se han reivindicado pasándose a la República. Y han quedado solos, tratando de revivir las negras tradiciones españolas, el cura tra- bucaire y el militar cobarde y borrachón”.
222 El Obrero, 2 de agosto de 1936, n. 514. Suelto sin firma.
223 Ibídem. “España es...España”, sin firma.