Page 402 - Elche en guerra 1936-1939
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Elche, una ciudad en guerra (1936-1939)
También del 16 de agosto y del 23 de agosto son los textos que aparecen a continua- ción y que pueden considerarse como meramente complementarios del anterior:
“Propiedad fascista o dudosa, propiedad nacionalizada. Inicie ya el Gobierno esta política de liberación económica y verá cómo el ardor con que combate el pueblo armado se centuplica, si ello es aún posible, al ver que no sólo lucha por su libertad política, sino también por su libertad social”.
“Frente al pelotón de las ejecuciones han caído Goded y Burriel. Prepárense a co- rrer la misma suerte los otros traidores. La justicia del pueblo ha de ser inexorable”.
“Por el Ministerio de Justicia se ha decretado la incautación provisional de los edificios de las órdenes religiosas. Esa orden no nos ha cogido desprevenidos. Noso- tros hace tiempo que teníamos solucionado el problema de la peste parda”.
“Algunos espíritus timoratos o pusilánimes andan ya, alarmados de las propor- ciones que esta guerra contra el fascismo va adquiriendo, proclamando la necesidad de que se pacte pronto una paz con el enemigo. A esos les decimos: Que el pueblo español no quería esta guerra ni ninguna; pero provocado a ella, su decisión de vencer de modo absoluto, incondicionalmente, es inequívoca, y solo él, el pueblo en armas que ha conte- nido al agresor y lo está arrollando, que ha dado su sangre por una España socialmente más justa y está salvando la República democrática, será quien tenga derecho a dictar la paz cuándo y mejor le parezca. Los demás harán bien, cuando no en secundar su acción, en respetar su decisión de aplastar al enemigo sin respeto y sin condiciones”
“¡Atención a los propaladores de bulos! En la cárcel de este partido judicial tie- nen preparado un magnífico alojamiento”.
“Mientras la vanguardia de la revolución destruye al enemigo en los frentes de combate, la retaguardia construye, con los medios económicos de los monárquicos, católicos y militares sublevados, los fundamentos de la nueva sociedad”.225
Mención aparte merece el texto, sin firma una vez más, en el que El Obrero contestó al que Indalecio Prieto publicó en El Socialista el día 9 de agosto de 1936. Ya hemos hecho referencia a las palabras de Prieto porque, en aquellos momentos terribles en cualquiera de los dos bandos, fueron más la excepción que la regla. Hasta la famosa frase de Manuel Azaña, “paz, piedad y perdón”, se dio a conocer mucho
225 Los cuatro primeros textos en El Obrero, 16 de agosto de 1936, n. 516 y los dos últimos del 23 de agosto de 1936, n. 517.